Cuando uno ve las manifestaciones de los anti-abortistas, o las soflamas curiales contra la Ley de la Interrupción del Embarazo resalta mucho que hacen parecer que los que estamos a favor de dicha ley estamos a favor del aborto. Y no es verdad: lo que estamos a favor es de que, si una mujer decide interrumpir el embarazo no tenga que ir a la cárcel. Eso es todo.
Mutatis mutandis, lo que de verdad defienden los ultrafaescistas y los nazional-católicos (no, no es una errata) es, por tanto, la penalización y, por tanto, el castigo de la sociedad civil hacia las mujeres que deciden interrumpir su embarazo. La versión moderna de la hoguera, como suena. No les basta el sufrimiento físico y moral. Además, la cárcel y la exclusión social o el riesgo de su vida si acuden a clínicas no reguladas... O, como en tiempos, los ricos a Londres.
¿A que visto así es más sencillo apoyar una ley de despenalización?
P.S.: Me llama mucho la atención el miedo que las culturas en general y las patriarcales en particular –que son casi todas por la influencia de las socio-religiones mayoritarias del planeta—tienen a las mujeres y a sus reivindicaciones. Y por qué se construyen edificios ideológicos y míticos tan enormes sólo para contrarrestar su posible libertad, sus derechos y sus aspiraciones.
1 comentario:
Estoy totalmente contigo. A mi me hace gracia saber, que ciertos colectivos, precisamente los que más se oponen al aborto, son los que más los han utilizado, claro está en lugares "aceptados". Porque una hija provenida de un mundo bien no podía perder su honra y se iba de "vacaciones" a Londres una semana, sin embargo una pobre desgraciada, que por culpa de la mala suerte o la ignorancia se quedaba embarazada le incrustaban en la piel la letra escarlata.
Y tambien es curioso "ese miedo" que se le tiene a la mujer y curiosa la marginación que ha sufrido durante todas las épocas de la Historia... ¿será esto sinónimo de miedo?
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