Para pensar en el éxito que puede tener un chiste:
Sarcófago significa, en griego, Come-Carne (sarx o sarj=carne; phago=comer). Daría un busto por conocer al cachondo al que se le ocurrió esta denominación para las cajas de difuntos.
Para hacer teología demagógica:
El diablo te tienta con sexo, poder, dinero, éxito profesional, placeres abundantes... Parece que consideramos a dios un poco cabrón, ¿no? De hecho, algunas de esas cosas se las demandamos a los santos o a la Virgen: “mira, lo que diga tu madre, que me tienes harto”. Muy de padre, ¿a que sí? Cachisss...
Para los negacionistas de la ufología:
Un caza cuesta cientos de millones de euros. No digamos entrenar y formar a pilotos para que los manejen. Pues bien: si lo que persiguen esos cazas son globos sonda o los reflejos de tormentas o de refinerías, o deberían dimitir los mandos que les envían a esas misiones o los pilotos no están tan bien entrenados para distinguir entre un globito y una amenaza desconocida. ¿O no? Tanto gasto para nada...
Una de periodismo moderno:
¿Para qué van los periodistas a las ruedas de prensa sin preguntas? ¿No saben que hay sistemas de comunicación a distancia tales como el teléfono, el correo, el correo electrónico, la videoconferencia, etc.? También son ganas de gastar.
Una de perplejidad histórico-ideológica:
Pese a las numerosas pruebas que demuestran que las especies han evolucionado a lo largo de millones de años, los ultrarreligiosos siguen llamando a las leyes de la Evolución “Teoría”. Sin embargo, creen de manera literal en unos textos arameos escritos en caracteres hebreos traducidos al griego y luego al latin en los que habla dios o su hijo. Es notable.
De la pureza idiomática:
Las palabras /teléfono/, /sinergia/, /televisión/ o, como vimos arriba, /sarcófago/ se doptan sin problemas al idioma español, y todas proceden de lenguas muertas. Sin embargo, todo el mundo se lleva las manos a la cabeza cuando esas palabras proceden del inglés o del francés. Si fuera por los puristas hablaríamos por señas. Eso sí: muy españolas.
ESCOLIO: que las agencias de publicidad hayan llegado a un acuerdo para proteger al español es graciosísimo. Supongo que habrán hecho un brain-storming en un meeting donde el CEO o el planner les ha sugerido a sus coworkers que, dentro del marketing plan y de la branding strategy de sus compañías estaría bien hacer una token task, no tanto para llegar a un target concreto, sino como pitch de notoriedad frente a la mass audience. Parece que ya están haciendo un story-board –en plan rough—para presentar al público el spot y las piezas gráficas con una deadline aproximada de finales de octubre.
Una de política:
Cuando alguien está en la oposición –en especial don Mariano—repite hasta la saciedad que las medidas tomadas son inexistentes o insuficientes. “Hay que tomar medidas urgentes y con firmeza”. Lo curioso es que nunca dice cuáles son esas medidas; y no es porque no sepa cuáles propondría, sino porque como son barbaridades lo mejor es decirlas cuando se llega al gobierno.
Una de corrupción:
En España los escándalos políticos y de corrupción no suelen tener castigo en votos. Y es que aquí sabemos que, coño, si llegas al poder será para forrarte y follar, ¿no? Somos un pueblo realmente empático con la falta de ética. Porque nadie tiraría la primera piedra.
Una de estudios científicos:
Casi nadie sabe que los estudios contra el tabaco los patrocinan –entre otras empresas limpias-- las petroleras. Los estudios a favor del tabaco, sin embargo, se sabe que los financian las tabaqueras. ¿Quién financia los estudios contra el aceite de oliva? ¿Y contra la carne roja?
Curiosidad institucional:
El virus del SIDA afeccta a todo el mundo a nivel orgánico. A la jerarquía eclesiástica, en cambio, le afecta primordialmente a nivel cerebral. (He puesto el galicismo “a nivel de” a propósito... ¿qué se creían?).
Oración, despedida y cierre:
/Carta de ajuste/ es otro anglicismo: viene de chart, que significa cartón, panel, cartel... mapa, a veces. Ahora se ha sustituido por concursos-timo y chicas que se autopalpan. No sé si agradecerlo o recordar con nostalgia aquélla nada llena de circulitos, rayitas y cuadraditos "à la Mondrian".
miércoles, 18 de marzo de 2009
sábado, 14 de marzo de 2009
Lo que cuela en Cretinolandia.
El otro día, después de que un pobre chaval perturbado se cepillase a 16 personas y cayese abatido en su propio día de furia, volví a escuchar de boca de la periodista de turno, como cierre del perfil del muchacho que era aficionado --esta vez no se dijo "adicto", vete a saber por qué-- a los video-juegos violentos. Así se quedaba como última frase y destacaba sobre el hecho, también relatado, que este homicida vivía en una familia que tenía en su domicilio 28 armas registradas. Ni más ni menos: 28. Claro que también tenían una PSP, o una X-Box, o Wii o lo que fuera. Peligrosísimo.
Mientras tanto, veo una campaña de fanta que le dice a los jóvenes "No te compliques", porque sabemos todos que cuando la juventud se complica los que lo pasan mal no son los jóvenes. Si los de ahora lo supieran, igual se hacían a sí mismos menos agujeros y empleaban los potes de pintura para algo que no fuera enguarrar los edificios públicos para proclamar su propio nombre.
Hay otro anuncio, esta vez de Cola-Cao (marca de la que siempre he deconfiado por llamar "negrito" a un negro). Les dice a los chavales "Como Quieras". Así, tal cual. Este es el cierre, el texto viene a decir "En el deporte y en la comida, haz lo que quieras", o algo similar.
Estos dos ejemplos me parecen más sanguinarios, desclasantes, manipuladores y conducentes al desastre oral y a la crisis de valores que mil horas de juego --sabiamente repartidas-- en el Grand Theft Auto, por ejemplo.
Recuerdo aquél año en el que una asociación feminista premió una campaña de detergente Colón (aquélla de "Busque, Compare...") porque decía que trataba a las mujeres como sujetos con capacidad de selección racional de los productos y animaba a ejercerla. A algunas de ellas les pregunté por qué habían premiado una campaña que vendía detergente sólo a mujeres. No creo decoroso reproducir aquí las respuestas obtenidas.
Digo todo esto porque parece que es fácil señalar a unos enemigos y no a otros. En la era de lo políticamente correcto --habrá que introducir la palabra Avestruza, pongo por caso-- nadie se fija en los discursos, que son mucho más grandes y más poderosos que las palabras. Una mala lectura de la semiología y la manía humanista han hecho que creamos que por el hecho de llamar juezas a las jueces o miembras a los miembros del género femenino creamos discurso. Y no: el discurso se crea en una cena, en el recreo de las escuelas, responsabilizando a educadores y a portavoces sociales en la transmisión de valores, en lugar de procrear asnitos que sabrán distinguir entre la violencia de género y la violencia pero no entre un ladrón y un banquero.
Hay más ejemplos. Por poner uno, el hecho de que el PP y el PSOE lleguen a un acuerdo para que Patxi López se siente en el sillón de Lehendakari. Ya es bastante absurdo que un partido de izquierda pacte con nacionalistas (decir de derecha es redundante). Pero con la extrema derecha... es hasta feo.
Las consecuancias políticas: que los abertzales más extremos --no los hay moderados-- tendrán discurso para serlo más. Que el PSOE volverá a ser rehén de los faescistas después de rendirse al acoso mediático, en lugar de hacer rehén al Lehendakari de su minoría.
Las consecuencias sociales y educativas: que con tal de sentarse en el sillón del poder vale todo y se puede pactar con quien sea. Incluso con los que decían que no había diferencia entre Zapatero y De Juana, o los que directamente le llamaban terrorista.
No me dirán que eso no es más dañino que jugar a Halo o a Call of Duty.
Personalmente preferiría a veces que la política española fuera un videojuego. Por lo menos podríamos apagarla.
Mientras tanto, veo una campaña de fanta que le dice a los jóvenes "No te compliques", porque sabemos todos que cuando la juventud se complica los que lo pasan mal no son los jóvenes. Si los de ahora lo supieran, igual se hacían a sí mismos menos agujeros y empleaban los potes de pintura para algo que no fuera enguarrar los edificios públicos para proclamar su propio nombre.
Hay otro anuncio, esta vez de Cola-Cao (marca de la que siempre he deconfiado por llamar "negrito" a un negro). Les dice a los chavales "Como Quieras". Así, tal cual. Este es el cierre, el texto viene a decir "En el deporte y en la comida, haz lo que quieras", o algo similar.
Estos dos ejemplos me parecen más sanguinarios, desclasantes, manipuladores y conducentes al desastre oral y a la crisis de valores que mil horas de juego --sabiamente repartidas-- en el Grand Theft Auto, por ejemplo.
Recuerdo aquél año en el que una asociación feminista premió una campaña de detergente Colón (aquélla de "Busque, Compare...") porque decía que trataba a las mujeres como sujetos con capacidad de selección racional de los productos y animaba a ejercerla. A algunas de ellas les pregunté por qué habían premiado una campaña que vendía detergente sólo a mujeres. No creo decoroso reproducir aquí las respuestas obtenidas.
Digo todo esto porque parece que es fácil señalar a unos enemigos y no a otros. En la era de lo políticamente correcto --habrá que introducir la palabra Avestruza, pongo por caso-- nadie se fija en los discursos, que son mucho más grandes y más poderosos que las palabras. Una mala lectura de la semiología y la manía humanista han hecho que creamos que por el hecho de llamar juezas a las jueces o miembras a los miembros del género femenino creamos discurso. Y no: el discurso se crea en una cena, en el recreo de las escuelas, responsabilizando a educadores y a portavoces sociales en la transmisión de valores, en lugar de procrear asnitos que sabrán distinguir entre la violencia de género y la violencia pero no entre un ladrón y un banquero.
Hay más ejemplos. Por poner uno, el hecho de que el PP y el PSOE lleguen a un acuerdo para que Patxi López se siente en el sillón de Lehendakari. Ya es bastante absurdo que un partido de izquierda pacte con nacionalistas (decir de derecha es redundante). Pero con la extrema derecha... es hasta feo.
Las consecuancias políticas: que los abertzales más extremos --no los hay moderados-- tendrán discurso para serlo más. Que el PSOE volverá a ser rehén de los faescistas después de rendirse al acoso mediático, en lugar de hacer rehén al Lehendakari de su minoría.
Las consecuencias sociales y educativas: que con tal de sentarse en el sillón del poder vale todo y se puede pactar con quien sea. Incluso con los que decían que no había diferencia entre Zapatero y De Juana, o los que directamente le llamaban terrorista.
No me dirán que eso no es más dañino que jugar a Halo o a Call of Duty.
Personalmente preferiría a veces que la política española fuera un videojuego. Por lo menos podríamos apagarla.
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jueves, 5 de marzo de 2009
El Laberinto Vasco y la Democracia.
Ahora, veamos:
Si el Lehendakari de la Enterprise quiere gobernar por el hecho de ser la formación más votada, lo puede hacer, pero sabiendo que sus pactos tendrán un coste interno y externo muy alto y en facetas que el tripartito desconocía. Igualito pactar con IU-EB que con Aralar. Marrón.
Si López quiere ser Lehendakari en lugar del Lehendakari –sueño dorado del PSE—tendrá que pactar con el PP, lo que tiene una mala explicación en el resto del Estado, en el que la gente todavía cree que unos representan a la izquierda y los otros a la derecha. Además, un pacto por el sillón PSE-PP (la invitación a EB será elegantemente rechazada si mis amigos de allá siguen siendo como eran) se levantarán en el paranoico mundo nacionalista los sentimientos de “otra vez los españoles” o, como se nos llama ahora, “constitucionalistas”. El fantasma del frentismo, digan lo que digan unos y otros, está ahí. Marrón.
En mi más que humilde opinión todo viene de la distorsión del panorama político vasco, determinado ab origine por el mal llamado problema del “entorno” próximo a ETA y su exclusión del ámbito electoral. La malhadada Ley de Partidos, fruto del totalitarismo del PP de Aznar, de la desconfianza que siente la derecha (PP y PSOE) respecto de la fortaleza de la democracia para protegerse a sí misma e imponerse a las soluciones violentas y de una especie de venganza del amigo de G.W. porque ETA no le permitió ser “el hombre que acabó con el terrorismo” –de ahí que no permitiera después el diálogo iniciado por el primer Gobierno Zapatero—es la que hace que las soluciones de gobierno en Vitoria-Gasteiz sean pastiches, suturas y cambalaches.
Me explico:
1. Va contra cualquier lógica querer que el independentismo se sume al juego democrático expulsando a sus votantes y a sus representantes de dicho juego. La Ley de Partidos refuerza y legitima la resistencia antisistema, en la medida en que expulsa de éste nada menos que a ciento cincuenta mil votantes.
2. Es imposible ofrecer una salida política a la lucha armada desde la prohibición de participar en la decisión política. Creer que todos los independentistas están de acuerdo con el tiro en la nuca es como creer que los católicos del PP están contra el divorcio.
3. Jamás habrá, en estas condiciones, un sujeto político legitimado para mediar en el conflicto armado, lo que hace de éste algo irresoluble por definición. Sin el puente que representó, por ejemplo, el Sinn Féin la paz en Irlanda hubiera sido imposible, como el fin del Apartheid –con todas sus dificultades—hubiera sido imposible sin el espíritu mediador y pacifista de Mandela. Si su movimiento hubiera estado proscrito la negociación hubiera sido imposible por falta de interlocutor.
4. El agravio comparativo entre el trato que se dispensa a los abertzales que no condenan el uso de las armas y el que se destina hacia partidos de carácter falangista, fascista, nacional-socialista, etc. es notorio. Tanto, que hace sospechar a los extremistas abertzales si la Ley de Partidos sólo tiene aplicabilidad contra ellos y, por tanto, contra el País Vasco.
5. Es cierto que Las diversas formaciones pseudo-lideradas por el pobre Otegui no son el Sinn Féin, en la medida en que aquéllas no tienen el poder político ni de liderazgo sobre ETA que sí tenía éste sobre el IRA. Incluso aunque no fuera verdad que Otegui era el guiñol de ETA lo parecía. Pero para deslegitimar a Otegui y al mal llamado brazo político de ETA el poder tenía medios sobrados sin recurrir a la proscripción del voto libre y secreto.
6. Es incomprensible que cualquier político español de cualquier tendencia entienda perfectamente que la solución para cualquier conflicto armado o potencialmente armado pase por la negociación política y la inclusión de los violentos en las instituciones y no aplique lo mismo en Euskadi. Lo que vale para Palestina, Irán, Corea,... ¿no vale para ese rinconcito de Europa? Y créanme: ETA no es Hamás. Y para miles de vascos la lucha de ETA contra España es tan legítima como la de Hamás contra el Estado de Israel. Esto puede fastidiar, pero es un hecho que no se soluciona negando la existencia política de esos miles de personas. Y tiene que entrar en la cabeza de quien quiera tomarse la molestia de acabar con el problema.
En el fondo, creo que a los grandes partidos y al mal llamado “entorno” ETA les viene de miedo. A unos les ha supuesto una continuidad ininterrumpida en el poder durante más de una generación. A otros, como moneda de cambio para presentarse como los auténticos garantes de la identidad nacional y de la estabilidad de las instituciones. A los últimos, para seguir matando o justificando asesinatos tan políticamente relevantes como el de un empleado de peajes. Luego querrán hacerme creer que estos se cargaron a Carrero. Amos anda.
Yo creo que, en el fondo, todo el mundo está tan contento. Excepto los que notamos esa herida democrática que no para de sangrar.
Nota: por más que se quiera evitar llamar “conflicto armado” a lo que hay, lo es. Porque hay dos bandos y ambos utilizan las armas. Y otra cosa: espero que caiga todo el peso de la ley sobre los presuntos torturadores de los presuntos responsables del atentado de la T-4. Es lo que faltaba. Que Zapatero herede las formas que llevaron a González al desastre. Porque Zapatero ya sólo es sus formas...
Si el Lehendakari de la Enterprise quiere gobernar por el hecho de ser la formación más votada, lo puede hacer, pero sabiendo que sus pactos tendrán un coste interno y externo muy alto y en facetas que el tripartito desconocía. Igualito pactar con IU-EB que con Aralar. Marrón.
Si López quiere ser Lehendakari en lugar del Lehendakari –sueño dorado del PSE—tendrá que pactar con el PP, lo que tiene una mala explicación en el resto del Estado, en el que la gente todavía cree que unos representan a la izquierda y los otros a la derecha. Además, un pacto por el sillón PSE-PP (la invitación a EB será elegantemente rechazada si mis amigos de allá siguen siendo como eran) se levantarán en el paranoico mundo nacionalista los sentimientos de “otra vez los españoles” o, como se nos llama ahora, “constitucionalistas”. El fantasma del frentismo, digan lo que digan unos y otros, está ahí. Marrón.
En mi más que humilde opinión todo viene de la distorsión del panorama político vasco, determinado ab origine por el mal llamado problema del “entorno” próximo a ETA y su exclusión del ámbito electoral. La malhadada Ley de Partidos, fruto del totalitarismo del PP de Aznar, de la desconfianza que siente la derecha (PP y PSOE) respecto de la fortaleza de la democracia para protegerse a sí misma e imponerse a las soluciones violentas y de una especie de venganza del amigo de G.W. porque ETA no le permitió ser “el hombre que acabó con el terrorismo” –de ahí que no permitiera después el diálogo iniciado por el primer Gobierno Zapatero—es la que hace que las soluciones de gobierno en Vitoria-Gasteiz sean pastiches, suturas y cambalaches.
Me explico:
1. Va contra cualquier lógica querer que el independentismo se sume al juego democrático expulsando a sus votantes y a sus representantes de dicho juego. La Ley de Partidos refuerza y legitima la resistencia antisistema, en la medida en que expulsa de éste nada menos que a ciento cincuenta mil votantes.
2. Es imposible ofrecer una salida política a la lucha armada desde la prohibición de participar en la decisión política. Creer que todos los independentistas están de acuerdo con el tiro en la nuca es como creer que los católicos del PP están contra el divorcio.
3. Jamás habrá, en estas condiciones, un sujeto político legitimado para mediar en el conflicto armado, lo que hace de éste algo irresoluble por definición. Sin el puente que representó, por ejemplo, el Sinn Féin la paz en Irlanda hubiera sido imposible, como el fin del Apartheid –con todas sus dificultades—hubiera sido imposible sin el espíritu mediador y pacifista de Mandela. Si su movimiento hubiera estado proscrito la negociación hubiera sido imposible por falta de interlocutor.
4. El agravio comparativo entre el trato que se dispensa a los abertzales que no condenan el uso de las armas y el que se destina hacia partidos de carácter falangista, fascista, nacional-socialista, etc. es notorio. Tanto, que hace sospechar a los extremistas abertzales si la Ley de Partidos sólo tiene aplicabilidad contra ellos y, por tanto, contra el País Vasco.
5. Es cierto que Las diversas formaciones pseudo-lideradas por el pobre Otegui no son el Sinn Féin, en la medida en que aquéllas no tienen el poder político ni de liderazgo sobre ETA que sí tenía éste sobre el IRA. Incluso aunque no fuera verdad que Otegui era el guiñol de ETA lo parecía. Pero para deslegitimar a Otegui y al mal llamado brazo político de ETA el poder tenía medios sobrados sin recurrir a la proscripción del voto libre y secreto.
6. Es incomprensible que cualquier político español de cualquier tendencia entienda perfectamente que la solución para cualquier conflicto armado o potencialmente armado pase por la negociación política y la inclusión de los violentos en las instituciones y no aplique lo mismo en Euskadi. Lo que vale para Palestina, Irán, Corea,... ¿no vale para ese rinconcito de Europa? Y créanme: ETA no es Hamás. Y para miles de vascos la lucha de ETA contra España es tan legítima como la de Hamás contra el Estado de Israel. Esto puede fastidiar, pero es un hecho que no se soluciona negando la existencia política de esos miles de personas. Y tiene que entrar en la cabeza de quien quiera tomarse la molestia de acabar con el problema.
En el fondo, creo que a los grandes partidos y al mal llamado “entorno” ETA les viene de miedo. A unos les ha supuesto una continuidad ininterrumpida en el poder durante más de una generación. A otros, como moneda de cambio para presentarse como los auténticos garantes de la identidad nacional y de la estabilidad de las instituciones. A los últimos, para seguir matando o justificando asesinatos tan políticamente relevantes como el de un empleado de peajes. Luego querrán hacerme creer que estos se cargaron a Carrero. Amos anda.
Yo creo que, en el fondo, todo el mundo está tan contento. Excepto los que notamos esa herida democrática que no para de sangrar.
Nota: por más que se quiera evitar llamar “conflicto armado” a lo que hay, lo es. Porque hay dos bandos y ambos utilizan las armas. Y otra cosa: espero que caiga todo el peso de la ley sobre los presuntos torturadores de los presuntos responsables del atentado de la T-4. Es lo que faltaba. Que Zapatero herede las formas que llevaron a González al desastre. Porque Zapatero ya sólo es sus formas...
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miércoles, 4 de marzo de 2009
Elecciones y perplejidades. Galicia y Otros Desastres.
Es notable lo mucho que manejan los analistas políticos y periodísticos (a menudo hibridados en un solo ente que habla despacio y con voz engolada) números e indicios sobre los resultaods electorales sin dar un sólo contenido sencillo, elegante y que explique lo que sucede de manera que se corresponde lo que ocurre con los electores. Creo que es precisamente porque la dictadura del número impide a los investigadores políticos poner la oreja entre los electores y darse cuenta de que el mundo de la estadística sólo muestra los síntomas, no las disfunciones. Como los termómetros, te dicen que tienes fiebre, pero no hay manera de saber de dónde procede la infección mirando solo la línea graduada. Hay otras maneras de analizar las cosas que pasan en una urna.
Por ejemplo:
1. Es un error periodístico y político –especialmente en campaña-- pensar que un personaje como Baltar puede ser atacado afeándole sus insultos personales, sus calificativos, como “maricón”, “maltratador”, etcétera. Porque el público que le escucha y le ríe la gracia habla así, piensa así de su vecino o de su cuñado, desprecia a los diferentes, suele ser xenófobo y fascista de cuore. Así que el exabrupto y el desprecio da votos, entendámoslo de una vez por todas; afear su conducta no, porque coloca a quien lo hace en una posición chillona y ridícula. El único contraataque posible es hablar, por fin, de los muy virtuosos políticos del PP a los que se rescata de un burdel extranjero, que viajan a una toma de posesión con su joven efebo después de clamar contra las bodas homosexuales, de los que no respetan ni un sólo mandamiento mientras acuden a la misa de domingo, etc. Se ha hablado poquísimo del corsé de Pedro Jota, y es uno de los episodios que en democracias avanzadas hubieran acabado con la credibilidad y el poder oculto de cualquier director de un medio de prop... de comunicación.
2. La clave del discurso de la ultraderecha (en España la única derecha moderada es la del partido que ahora nos medio gobierna) siempre ha sido la victimización y el mostrarse acosada por oscuras conspiraciones. Mientras enviaban a millones de personas diferentes (no sólo a los judíos, sino a los homosexuales, a los gitanos, a los comunistas, a las lesbianas, etc.) a una muerte seriada, eficaz, genocida, Hitler y Goebbels se mostraban a sí mismos y a Alemania víctimas de un acoso de oscuras fuerzas, que querían acabar con la inmaculada pureza y las buenas intenciones de paz y prosperidad de su Alemania. Franco empleó literalmente el mismo discurso: recordemos la conspiración judeo-masónica, el contubernio de Munich, la eterna soledad del Imperio frente a las potencias liberales, y un largo etcétera de paranoias legitimadoras. Sus herederos naturales son ahora víctimas de una persecución judicial en connivencia con el poder totalitario de la izquierda, haciendo que unos gestores liberales, serios y comprometidos sean sospechosos de haber puesto el cazo. Antes, la conspiración del 11 de Marzo, en la que un gobierno que batió todos los records de la desfachatez, de la mentira y del insulto a la inteligencia ciudadana se presentó como víctima inocente de una toma de poder oscuramente pactada con los enemigos de la democracia y del Estado. Siempre hacen lo mismo. Y siempre pican.
3. La izquierda siempre está en inferioridad respecto del juicio público precisamente porque tiene –y se le admite—la superioridad ética. Que roben los caciques y los de toda la vida, vale. Pero cuando roba la izquierda es imperdonable. Porque además lo hace peor, con la imagen chapucera del advenedizo, del que de pronto lleva anillos de oro, o se sube al yate, o lo que sea. Pues para eso, que roben los de siempre, que al menos no van dando lecciones. Entre eso y que el Gobierno de Galicia o no hacía nada o de lo que hacía no se enteraba nadie, porque no se publicitaba, pues ya tenemos un resultado.
4. En el país Vasco todo lo que no se lea en clave de independencia/no independencia no hay manera de entenderlo. Dejo para otro momento lo mal que me sienta escuchar juntas en una frase “izquierda” y “abertzale”. Recomiendo la lectura paralela de Sabino Arana y Adolf Hitler para abrir boca. Si no fuera porque sé que es imposible, para mí que se corregían los textos el uno al otro y quedaban de vez en cuando.
5. La izquierda no tiene sentido del humor. No son capaces de conectar con el cachondeo, con la rabia, con las vísceras de los electores, y menos este Partido Socialista que se la coge con papel de fumar y con esta Izquierda Unida, que... bueno, ya sabéis. Recuerdo que en las elecciones Andaluzas del 98 el punto de apoyo fundamental de la candidatura de Cháves era la reivindicación del censo y la dotación correspondiente del Fondo de Compensación para Andalucía, a la que el gobierno de Aznar se negaba, evidentemente. El muñeco del guiñol de Cháves repetía continuamente “¡Quiero mis minolles!”. Yo propuse hacer camisetas para que en los actos públicos y en los mítines los partidarios llevasen en ellas esa frase: “¡Yo también quiero mis minolles!”, haciendo que el chiste y la caricatura fueran un elemento a favor de la campaña y, de paso, que la guasa fuera una aliada. Mis compañeros de asesoría me dijeron que estaba loco, que no era serio,... Cuando, a dos días de las elecciones, mencioné la idea a la gente de Chaves tomando unos pinchitos se llevaron las manos a la cabeza: a Chaves le hubiera encantado y a ellos también. Pero...
Continuará. Esta vez profetizaré sobre las europeas.
Por ejemplo:
1. Es un error periodístico y político –especialmente en campaña-- pensar que un personaje como Baltar puede ser atacado afeándole sus insultos personales, sus calificativos, como “maricón”, “maltratador”, etcétera. Porque el público que le escucha y le ríe la gracia habla así, piensa así de su vecino o de su cuñado, desprecia a los diferentes, suele ser xenófobo y fascista de cuore. Así que el exabrupto y el desprecio da votos, entendámoslo de una vez por todas; afear su conducta no, porque coloca a quien lo hace en una posición chillona y ridícula. El único contraataque posible es hablar, por fin, de los muy virtuosos políticos del PP a los que se rescata de un burdel extranjero, que viajan a una toma de posesión con su joven efebo después de clamar contra las bodas homosexuales, de los que no respetan ni un sólo mandamiento mientras acuden a la misa de domingo, etc. Se ha hablado poquísimo del corsé de Pedro Jota, y es uno de los episodios que en democracias avanzadas hubieran acabado con la credibilidad y el poder oculto de cualquier director de un medio de prop... de comunicación.
2. La clave del discurso de la ultraderecha (en España la única derecha moderada es la del partido que ahora nos medio gobierna) siempre ha sido la victimización y el mostrarse acosada por oscuras conspiraciones. Mientras enviaban a millones de personas diferentes (no sólo a los judíos, sino a los homosexuales, a los gitanos, a los comunistas, a las lesbianas, etc.) a una muerte seriada, eficaz, genocida, Hitler y Goebbels se mostraban a sí mismos y a Alemania víctimas de un acoso de oscuras fuerzas, que querían acabar con la inmaculada pureza y las buenas intenciones de paz y prosperidad de su Alemania. Franco empleó literalmente el mismo discurso: recordemos la conspiración judeo-masónica, el contubernio de Munich, la eterna soledad del Imperio frente a las potencias liberales, y un largo etcétera de paranoias legitimadoras. Sus herederos naturales son ahora víctimas de una persecución judicial en connivencia con el poder totalitario de la izquierda, haciendo que unos gestores liberales, serios y comprometidos sean sospechosos de haber puesto el cazo. Antes, la conspiración del 11 de Marzo, en la que un gobierno que batió todos los records de la desfachatez, de la mentira y del insulto a la inteligencia ciudadana se presentó como víctima inocente de una toma de poder oscuramente pactada con los enemigos de la democracia y del Estado. Siempre hacen lo mismo. Y siempre pican.
3. La izquierda siempre está en inferioridad respecto del juicio público precisamente porque tiene –y se le admite—la superioridad ética. Que roben los caciques y los de toda la vida, vale. Pero cuando roba la izquierda es imperdonable. Porque además lo hace peor, con la imagen chapucera del advenedizo, del que de pronto lleva anillos de oro, o se sube al yate, o lo que sea. Pues para eso, que roben los de siempre, que al menos no van dando lecciones. Entre eso y que el Gobierno de Galicia o no hacía nada o de lo que hacía no se enteraba nadie, porque no se publicitaba, pues ya tenemos un resultado.
4. En el país Vasco todo lo que no se lea en clave de independencia/no independencia no hay manera de entenderlo. Dejo para otro momento lo mal que me sienta escuchar juntas en una frase “izquierda” y “abertzale”. Recomiendo la lectura paralela de Sabino Arana y Adolf Hitler para abrir boca. Si no fuera porque sé que es imposible, para mí que se corregían los textos el uno al otro y quedaban de vez en cuando.
5. La izquierda no tiene sentido del humor. No son capaces de conectar con el cachondeo, con la rabia, con las vísceras de los electores, y menos este Partido Socialista que se la coge con papel de fumar y con esta Izquierda Unida, que... bueno, ya sabéis. Recuerdo que en las elecciones Andaluzas del 98 el punto de apoyo fundamental de la candidatura de Cháves era la reivindicación del censo y la dotación correspondiente del Fondo de Compensación para Andalucía, a la que el gobierno de Aznar se negaba, evidentemente. El muñeco del guiñol de Cháves repetía continuamente “¡Quiero mis minolles!”. Yo propuse hacer camisetas para que en los actos públicos y en los mítines los partidarios llevasen en ellas esa frase: “¡Yo también quiero mis minolles!”, haciendo que el chiste y la caricatura fueran un elemento a favor de la campaña y, de paso, que la guasa fuera una aliada. Mis compañeros de asesoría me dijeron que estaba loco, que no era serio,... Cuando, a dos días de las elecciones, mencioné la idea a la gente de Chaves tomando unos pinchitos se llevaron las manos a la cabeza: a Chaves le hubiera encantado y a ellos también. Pero...
Continuará. Esta vez profetizaré sobre las europeas.
Nota: para los que estéis pendientes de “Las Fábricas de Asnos” os diré que mi hijo mencionó que las tres grandes pirámides de Gizah parecen reproducir exactamente el alineamiento de estrellas de la constelación de Orión (Osiris para los egipcios). Una compañera preguntó “¿Y qué es el cinturón de Orión?” Respuesta de la profesora: “Un templo, me imagino”. Échale hilo a la cometa. No ha visto (mucho menos leído, supongo, la novela de origen) Blade Runner.
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