jueves, 17 de septiembre de 2009

Semántica, Aguirres y Asnos.

Que los españoles (y las españolas) nos hemos ido cretinizando en los últimos decenios es un diagnóstico pesimista al que cada vez doy más crédito. El nivel de asnos por metro cúbico no hace sino crecer para justa indignación de las fuerzas sociales, perplejidad de los políticos y desesperación de los que aún sabemos leer.

Hace muy poco, por ejemplo, tuve el dudoso placer de ver que a mi sobrino y a compeñeros suyos del circo los entrevistaban para un programa matinal de la cadena de Esperanza Aguirre y sus secuaces, mal llamada Telemadrid. La criatura que realizaba la entrevista, adornada con ajustado corsé que realzaba los méritos (dos: el izquierdo y el derecho) por los que sin duda le habían conferido un puesto de trabajo en dicha cadena mostró, perpleja, que uno de los componentes del circo sabía hablar castellano “a pesar de ser de Chile”. Como esto es difícil de creer, lo tengo grabado, no sea que alguien me acuse de hiperbólica caricatura.

No se crean que este rebuzno es un caso aislado. Venimos asistiendo a un chorro de estupideces, tergiversaciones, mal empleo de términos y otras bestialidades sobre las que a menudo pasamos de forma acrítica, ignorando que son un campo de minas conceptual en el que nuestra libertad, nuestro juicio y nuestra posición política van amputándose.

A menudo mencionaba en mis clases, hace ya mucho tiempo, que la corriente cultural impuesta por la comunicación de las grandes corporaciones alimentarias estaba despistando a todos. Por ejemplo, todos recordarán cuando se decía aquéllo de, frente al aceite de oliva, había que consumir “aceites vegetales”. Nadie pareció caer en la cuenta de que el olivo, hasta donde yo sé, es un vegetal y, por lo tanto, no hay que ordeñar a ningún animal para extraer el aceite de oliva.

Seguimos con eso de que el desayuno, la comida más importante del día, conviene que incluya la ingesta de cereales. Yo, que toda la vida de dios había echado en la leche pan troceado del día anterior, o había mojado las galletas de ese pueblo con dos oes, me quedaba pasmado. Porque para mí que las galletas, el pan y aun la maicena de la que constaban mis papillas procedían –proceden: nunca le he dado gusto a Kellog’s—de cereales. A menos que el trigo y el maiz sean otra cosa en el Plan Nuevo, que puede ser. Por si hay algún fanático de los cereales con frutas envasados por los cuáqueros, que sepan que en mi papilla mi madre ponía plátano y zumo de naranja. Así que tampoco cuela el invento. Sobre el origen derivado de las costumbres pasadas de moda de cruasanes, suizos, churros, porras, buñuelos... no voy a insistir.

Pero lo que pasa con la alimentación está pasando ahora con la estupidez esta de convertir a los maestros en pasma. Una o dos generaciones de inútiles traumatizados porque en el colegio no daban una han confundido todo. Veamos:

La memoria, herramienta imprescindible para el aprendizaje –tan necesaria e importante que pasa, incluso en los tests, por inteligencia—se convirtió en el malo de la película. Ahora los críos son asnos que nada saben porque nada recuerdan de lo que se les enseña. Porque se ha confundido la memoria como herramienta con la memoria como imposición autoritaria de ciertos métodos de enseñanza. De modo que, como España cree en eso de que muerto el perro, se acabó la rabia, pues fuera la memoria. Asnos, 1; Formación, 0.

La disciplina, que no es sino la capacidad de organizarse según pautas que dan estructura a nuestras actividades para la consecución de objetivos, se identificó con la disciplina militar o eclesial de nuestros años mozos. De modo que, en lugar de limpiar el nombre y la utilidad de esta herramienta de formación personal y de desarrollo y estructuración del aprendizaje, se decidió también eliminarla. Nos gusta lo fácil. Así que Asnos, 2; Formación, 0.

El respeto a la autoridad y la norma, en lugar de recuperarse de los lodos de la dictadura católico-militar para dotarle de su fondo ético de convivencia y respeto mútuo, se convirtió en otro villano heredado de los turbios tiempos del franquismo. Así que, en lugar de dotarles del significado político, de res publica, que nos distingue de bestias y padres enfurecidos de hijos burros, preferimos eliminarlas. Es más fácil ser un profe guay al que llaman por el mote que trabajar para ganar el respeto y profundizar en el origen y la necesidad de respetar límites, personas, roles y autoridades. Como es más fácil, visto desde el punto de vista biológico, agredir a un profesor que admitir que uno es un burro que ha parido una seta ignorante, violenta y con vocación de príncipe heredero. Asnos, 3; Formación, 0.

La dificultad es el último gran villano contra el que los mediocres y los vagos se han alzado. Todo tiene que facilitarse. Todo tiene que acompañarse. Nada difícil se acomete, ni se ofrecen los instrumentos para hacerlo. Porque las dificultades normalmente crean conflicto y tenemos una alergia tal a los conflictos que en lugar de tratar de resolverlos. Y como resolver los conflictos, a su vez, es difícil... Vuelta la burra al trigo y nunca mejor dicho. Asnos, 4; Formación, 0.

Que a una fachoide se le ocurra que donde hay un maestro, un profesor, un docente... haya un poli, pues tiene su lógica. Que le aplaudan los asnitos, también. Pero que esto se plantee en serio y no haya voces que critiquen ab origine semejante patochada...

¿Ven como sube el nivel de asnos por metro cúbico?

Saludos.

P.S.: Verán que dejo de escribir masculino-barra-femenino. Como los asnos y las asnas seguramente ignoran, en castellano existe el género neutro. Que se confunda con el masculino tiene razones etimológicas e históricas que no se pueden discutir aquí.

jueves, 4 de junio de 2009

Europa, Europa. Un domingo difícil.

Supongo que nunca sabré qué esqueletos guarda en el armario la –mal llamada—izquierda española; qué deudas secretas ha contraído y con quién. Creo que también dejaré esta breve chispa biológica sobre mi planeta sin saber por qué las campañas electorales las dirige siempre la ultraderecha, con la connivencia y la participación entusiasta de los medios de comunicación que se dicen adversarios de dicha ultraderecha.

Nos estamos jugando cosas muy graves, en las elecciones del domingo. Entre otras, la revisión del modelo económico, defendido por ese personaje teatral que es el ex-presidente de los muertos por petróleo, abanderado de faescistas y aguirres, que ha llevado al borde de la quiebra a millones de personas físicas y jurídicas. Que ese personajillo que se creyó investido del poder ilimitado y divino por el hecho de ganar unas elecciones (yo creo que esa malinterpretación de la democracia debe de venir de tener bigote: empiezan a ser demasiadas casualidades) se permita hablar de profundizar en la ingeniería económica del fraude, de la estafa, de la privatización salvaje, del control nulo de los estados, de los pueblos, sobre los avariciosos y los ladrones es prueba de que en la transición se dejaron cosas por hacer los que cedieron a las pistolas y a los pelotazos. Pero nadie le ha contestado desde la izquierda.

Nos estamos jugando que Europa tenga un poder mediador y protagonista en Asia. Sólo Europa puede contrapesar su mala conciencia para con Israel con la asunción de su pasado árabe-otomano. Sólo Europa puede defender la paz desde la diversidad porque le ha costado casi cinco milenios aprender de sus propios errores. Que Europa siga creando aznares y berlusconis sólo da cuenta de que la ciudadanía ya no distingue entre los realities y la realidad. Pero Europa sabrá salir adelante porque ya lo ha conseguido otras veces. Estados Unidos y Oriente Medio, en cambio, se manejan en la lógica del imperio y la resistencia, de modo que sólo un contrapoder legitimador podrá presionar hacia la paz. En España, el del bigotito y sus cohortes de ladronzuelos y desfachatados dirigentes cortijeros nos alejaron de esa Europa –bien es verdad que más soñada que real—para acercarnos a los señores de la muerte y de Guantánamo. Pero nadie le ha contestado desde la izquierda.

Nos estamos jugando el estar en un espacio en el que los estados laicos se rigen por leyes laicas y en el que las religiones y sus subsectas se autofinancien, como cualquier asociación. Un espacio en el que el obispo de Colonia tenga tanto que ver con la presión política como el presidente de la Asociación de Autónomos del Taxi, por ejemplo. No podemos seguir escuchando salvajadas ultramontanas y altomedievales que, milagrosamente, merecen cuatro columnas en una portada de un periódico laico. Los palmeros meapilas de los obispos de la ultraderecha españolísima y españolista guían la campaña hacia la discusión sobre la vida humana –qué maravilla ver vociferar así por la vida a los mismos herederos de un golpe sangriento, a los que lo bendijeron y a quienes piden penas de muerte—mientras los macroestafadores neocons, religiosos ellos, han acabado y están acabando con las vidas, la dignidad y el trabajo de millones de personas. Pero nadie ha contestado, con rigor, desde la izquierda.

¿Y la corrupción? Pues no pasa nada. Supongo que hay muchos esqueletos en los armarios. Pero lo cierto debe ser que la gente da por hecho que los políticos son corruptos como los futbolistas puteros. Otra cosa es que todos lo sean, pero se trata de que encaja en el perfil. La izquierda, cauta, no dice nada de Fabra, de su yerno, de la duquesa y sus espías, del señorito de los trajes, de ese Mayor que llamó asesino al Presidente de todos los españoles. No vaya a ser.

Y es que la mal llamada izquierda cree que si explica la complejidad de las cosas y va más allá del eslógan, nadie va a captar el mensaje. La mal llamada izquierda está tan cerca de la ultraderecha que gobierna con ella en el País Vasco. La mal llamada izquierda no es capaz de mirarse a sí misma y luego presentarse ante sus votantes. Sencillamente, porque su esquizofrenia, su amor por el poder y su deuda con los poderes que la financian la desposeyeron hace tiempo de su legitimidad. La mal llamada izquierda sólo tiene el barniz y por eso lucha tanto por defender su barnizz. Si no, ¿quién la distinguiría de la ultraderecha?

Luego está Izquierda Unida. Haciendo anuncios absurdos para jóvenes descerebrados, sin profundidad de análisis, sin mostrar las miserias del sistema, sin combatividad. Todo chachi, todo guay, todo cool. La izquierda, quienes somos de izquierda somos, desgraciadamente, cultos. Sabemos que la realidad es compleja. Y creemos que la cacería del ministro, los falcon y los gürtel son tejido y razón para un combate que la mal llamada izquierda no está dispuesta a plantear. Y sabemos qué es Europa y dónde tiene que estar. Ojalá IU se entretuviera en explicar lo que está pasando y lo que puede pasar y se dejase de estupideces para los del plan nuevo.

Qué panorama.

jueves, 7 de mayo de 2009

Teologías accidentales.

Hace muchos años que, de manera cíclica, se edita una “Enciclopedia” o una “Antología” del Disparate. Son libritos muy populares en los que un profesor con espíritu friki dedica gran parte de su tiempo a recoger las animaladas que sus alumnos dicen en los exámenes, completadas con otras de cosecha ajena.

En muchas ocasiones, no obstante, encuentro en esos aparentes dislates –que parecen provenir no sólo de no tocar un libro ni por el forro, sino de angustias, miedos o preocupaciones personales, o de ejemplos mal apuntados—materia de reflexión sobre muchos asuntos.

Algunos simplemente son la envidia de Groucho Marx:

“Dos rectas paralelas son las que nunca se encuentran a no ser que una de ellas sea rebelde”.

Como dice el Evangelio, si sabía lo que estaba haciendo, es un genio, si no lo sabía es un asno. Pero tiene mucha gracia.

Otros dicen verdades como puños, por más que el profesor no sepa verlas:

Las Guerras de Religión en Francia.

Eran que si tú creías en Dios, te pegaban un par de tortas, y si no creías en Lutero te las pegaban también.

Pero otros tienen un fondo mucho más curioso. Transcribo:

¿Cuándo nos hacemos hijos de Dios?
Cualquier día de estos.

¿Cuántas personas hay en la Santísima trinidad?
Tres: Padre, Hijo y Madre.

¿Qué es la Santísima Trinidad?
Un problema difícil de resolver.

El Padrenuestro.
El Pan nuestro de cada día dánoslo de hoy.

En la primera, hay un tratado sobre la escatología mezclada con la inclusión entre los justos. Probablemente con algo de miedo al Juicio. Lo que más me alegra es que ese alumno o alumna está, al menos, planteándose si decide o no tener a Dios como padre, a no ser que crea que el lo va a decidir sin su consentimiento. Vamos, que se cierne.

Lo de Padre, Hijo y Madre está tan cerca de los Ebionitas y de la discusión sobre el Espíritu Santo como elemento femenino y el famoso Logion (“Mi Madre, el Espíritu,...”) citado por Clemente y algunos Evangelios gnósticos que da escalofrío. Es cierto que el chaval o la chavala ha decidido simplificar un pelín el misterio y llevarlo a lo que conoce. Pero yo no tiraría la primera piedra.

Sobre “el problema difícil de resolver”... bueno, es realmente brillante. Escueto. Pero brillante. Si además se enteró de que es un misterio, el chaval decidió que con lo que no pueden los teólogos él, menos. Otro que merece, por lo menos, el aprobado por aproximación.

El último es el fracaso patente del mensaje conciliar. El consumismo se ha adueñado de las pobres cabezas de nuestros hijos, y ven a Dios como un repartidor de Bimbo o un tendero honesto y con control de calidad. Bueno, menos es nada, ¿no?

Os dejo el último, que me hizo casi caer de la silla:

Dí cuál es el masculino de Oca.
Parchís.
La referencia es: Rodríguez Plasencia, J.L.: Gran Enciclopedia del Disparate; Ed. El Papagayo, Madrid, 1991 (5).

miércoles, 6 de mayo de 2009

El Zoo Vasco.

Uno de los errores históricos que, a mi juicio, cometió la izquierda en la transición, fue asociar el final del franquismo con la aceptación de los nacionalismos como seña de pluralidad y diversidad frente al monolítico estado fascista. En esa inercia de “anti” que se instaló tras la muerte del dictador, parecía que había que aceptar, incluso promover, cualquier cosa que éste y sus acólitos habían prohibido, perseguido u ocultado.

De manera que se aceptó de manera acrítica que la España futura, sin modelo federal y bajo un régimen que el propio dictador había instalado como legitimador de su continuidad, tendría que hacer equilibrios –inútiles—para tratar de moverse entre la sacrosanta unidad de la patria y las reivindicaciones históricas, y violentas, de un porcentaje extremadamente pequeño de la población. Incluso el sistema electoral se diseñó para que el voto de los que creen que ser un embrión fecundado en un sitio determinado conlleva una unidad de destino en lo universal valiese más que el de las por entonces muy movilizadas masas obreras.

No creo que sea casualidad, aunque se reflexiona poco, el que los nacionalismos más destacados –incluido el gallego—se nutrieran de las filas ultracatólicas y de la derecha burguesa y aun de la ultraderecha campesina, para quienes el terruño, las tradiciones más legendarias (muy a menudo inventadas o tergiversadas, como toda mitología, religión o creencia de clan) y hasta las costumbres culinarias eran más importantes que el avance social o la aceptación de la igualdad, la fraternidad y la libertad. Es decir, lo mismo que había ocurrido y ocurre con el nacionalismo ultracatólico del Movimiento Franco-falangista Tómense la molestia de leer en paralelo a Sabino Arana, a José Antonio Primo de Rivera y a Adolf Hitler --bueno, y la sección de opinión de La Razón o El Mundo-- y verán lo que quiero decir. O escuchen a un catalán sorprendido de que en las dos Castillas y en Madrid haya agua e, incluo, árboles. Yo conozco uno que hasta admitió, con los ojos abiertos como platos, haber encontrado en Madrid “gente muy maja”, como suena. El caso contrario también se da con frecuencia, por supuesto, y también lo he visto.

Los que habíamos mamado la izquierda de vocación internacional e internacionalista, en la que el poder debía conquistarse de acuerdo con la marca de clase y no por la ovárico-espermatozóica, asistimos perplejos a los trapicheos y coqueteos de comunistas y socialistas con las derechas independentistas. Al principio, hasta nos daba la risa floja escuchar que ETA era el brazo armado de la izquierda abertzale, porque lo considerábamos, al menos, un oximoron tan extraño al saber político y al sentido común como un nazi demócrata. Haberlos, háylos, claro, pero esa es otra historia.

De aquéllos polvos vienen estos lodos, en los que las fronteras entre la democracia y la partitocracia se han borrado para siempre, y en el que dejan de contarse cien mil votos (nada menos) porque no nos gusta lo que defienden unos cuantos: confiamos tanto en nuestra profundidad democrática frente a los terroristas que lo único que se nos ocurre para combatir su base social es prohibir su participación institucional, negándoles el acceso a la normalización política que, seguramente, sería la única manera de deslegitimar su actividad al margen, precisamente, de las instituciones. Lo más grande es que esto se sabe y se ha apoyado para otros casos fuera de nuestro país, pero aquí no hay manera. Sorprendente.

Ahora asisitimos, entre parabienes de unos y rabietas de otros, a una investidura de Patxi López apoyado en los votos de los que anteayer le llamaban terrorista amigo de los terroristas. A un ex-Lehendakari que se ha acogido al aut caesar, aut nihil (o César, o nada, para los del Plan Nuevo), despreciando a los votantes a los que debe su posición política y mediática. A una presidenta del Parlamento que más les toca los genitales a los de su cuerda. A un coro españolista que aplaude la unión antinatura de los que trataron de impulsar un acuerdo pacífico con los que lo bombardearon. Izquierda Unida se ha abstenido, y eso que viene de gobernar con el PNV, a quien esa unión no le parecía tan antinatural ni ilegítima hasta hace tres meses como a mí.

Lo bueno de todo esto es que, en el fondo, es divertido cómo la izquierda pierde identidad, cómo las derechas acaban uniéndose porque el objetivo es el poder para sus cuadros y cómo los nacionalistas no tienen discurso político que ofrecer si no es que el único poder legítimo es el que da ser “auténticamente” vasco.

¡Qué bien les viene a todos que ETA siga existiendo! Sin ETA, ¿qué serían? ¿Qué tienen que ofrecer a los ciudadanos? Eso sí que no se lo perdono a esos descerebrados que juegan a héroes inmarcesibles con boina: que mantengan y legitimen a estos politicastros. Si abandonaran las armas dejarían con el culo al aire a más de uno y más de tres.

lunes, 4 de mayo de 2009

Desconocidos. La otra democracia.

No es un tipo muy alto, ni tiene ningún rasgo especial. Joven, es de estatura normal tirando a bajito. Su cara es una cara típica estadounidense, quizá la que atribuímos a la gente de Milwaukee, con aspecto nórdico, rubio. Se mueve siempre en la tangente del encuadre de las cámaras, si éstas se cruzan con él por casualidad. Se llama Jim Wilkinson, que tampoco es un nombre con muchas resonancias, si no fuera por las cuchillas de afeitar.

Es un tipo que nunca se ha presentado a unas elecciones, ni ha estado en ninguna lista de políticos prominentes, ni es una celebridad mediática. No ha protagonizado, que yo sepa, un solo titular a cuatro o más columnas, ni ha sido entrevistado por Jay Leno ni por Larry King. Si llega a estar en una sala, se le verá en la útlima fila, con uniforme si está en el Centro de Medios de Iraq o con una camisa azul celeste y pantalones dockers, confundido con los demás si es en otro lugar.

Y sin embargo es la persona que habla por la boca de Cheney, de Bush, de Condoleeza, de Colin,... hasta de esa parodia de la caricatura de un muñeco de guiñol que es nuestro ex-presidente. Su curriculum es brillante: es el ideólogo y organizador de todas las “noticias” y “reportajes” que se han visto en las televisiones occidentales sobre las fingidas causas y la realización de la guerra de (contra) Irak. Es el organizador y factotum del centro de comunicaciones que el pentágono montó sobre el terrenos para centralizar la información sobre la guerra. Fue el que montó las “espontáneas manifestaciones” que impidieron el recuento de votos en Florida cuando el hermano de G.W. regaló a éste su presidencia. Es ahora director de comunicación del GOP, el cuartel general republicano. Es más cosas, pero con estas creo que vale.

Lo que quiero decir es que personajes como este no son votados. No emergen de la voluntad popular, ni del sufragio universal. Nacen de despachos donde se toman las decisiones que después ejecutarán los tristes hombres que se dicen políticos y que no son más que los ejecutores de quienes realmente ostentan el poder.

Seguro que Jim Wilkinson tiene a alguien por encima de él ¿quién no? Pero esos que le sostienen, que lo han puesto ahí para decirnos cómo pensar no han sido elegidos por nadie. En España, hay epígonos de este personaje pero, afortunadamente, aún son unos chapuzas.

Todo llegará.

P.S.: el documental “Massive deception Arms” cuenta todo lo relativo al frente mediático de la guerra de (contra) Irak y el papel de este y otros peronajes en el engaño (“deception” tiene ese sentido: la traducción ha vuelto a ser traición). Desafortunadamente ni el libro ni el video vienen referenciados en Google. Pero esta tarde, a las 15:00 repiten el documental en el Canal Historia. Daré la referencia.

sábado, 11 de abril de 2009

Addenda sobre el Aborto y una cuñita.

Cuando uno ve las manifestaciones de los anti-abortistas, o las soflamas curiales contra la Ley de la Interrupción del Embarazo resalta mucho que hacen parecer que los que estamos a favor de dicha ley estamos a favor del aborto. Y no es verdad: lo que estamos a favor es de que, si una mujer decide interrumpir el embarazo no tenga que ir a la cárcel. Eso es todo.

Mutatis mutandis, lo que de verdad defienden los ultrafaescistas y los nazional-católicos (no, no es una errata) es, por tanto, la penalización y, por tanto, el castigo de la sociedad civil hacia las mujeres que deciden interrumpir su embarazo. La versión moderna de la hoguera, como suena. No les basta el sufrimiento físico y moral. Además, la cárcel y la exclusión social o el riesgo de su vida si acuden a clínicas no reguladas... O, como en tiempos, los ricos a Londres.
¿A que visto así es más sencillo apoyar una ley de despenalización?
P.S.: Me llama mucho la atención el miedo que las culturas en general y las patriarcales en particular –que son casi todas por la influencia de las socio-religiones mayoritarias del planeta—tienen a las mujeres y a sus reivindicaciones. Y por qué se construyen edificios ideológicos y míticos tan enormes sólo para contrarrestar su posible libertad, sus derechos y sus aspiraciones.

jueves, 2 de abril de 2009

Tozudez y Pascua.

Vaya por delante que porvengo de familia baturra, en la que si algo no sale es que no se está usando un martillo suficientemente grande, y que no existe la frase “eso no va a entrar”. Así que no crean que me quito de enmedio.

Pero es notable la tozudez que exhiben algunos cuando se trata de acabar con las ganas de fiesta del personal o de paliar en lo posible la verdad universal de que cuando se es joven se es bastante gilipolla.

Téngase en cuenta también, antes de ir al tema que nos ocupa, que la religión católica –pero sobre todo romana—usurpó mediante el recurso a las tradiciones patriarcales procedentes de oriente los atributos rituales, místicos y mistéricos de una creencia generalizada en la Gran Diosa. Esa usurpación aún se ve en nuestros días, en los que los sacerdotes, invariablemente, se visten de mujer para hacer visible esa usurpación.

No obstante, seguimos celebrando el nacimiento de Venus (es decir, de la Blanca Paloma, su totem principal y sus muchas manifestaciones en diferentes formas) o el enterramiento de Osiris por parte de Isis –su hijo y amante--. Nuestras plañideras calientan motores para llorar primero la muerte de Tammuz (o Adonis o Atis) y celebrar luego su resurrección en la primavera, durante el primer plenilunio y nuestros penitentes se preparan para simular, como hacían los calebitas, los dáctilos o los coribantes, entre otras tribus antiguas, la auto mutilación y el castigo físico contra sí mismos en honor de la Madre de Dios. Etcétera.

Estos sacerdotes vestidos de sacerdotisas –que reproducen la vestidura de los sátrapas orientales cuando decidieron abandonar a Aserá, Astarté o cualquier nombre de la Diosa Siria--, que saben muy bien lo que se cuece aunque no lo parezca, y de dónde vienen, han luchado, como parece que dijo el propio Cristo (según Clemente de Alejandría que cita un logion que ningún exégeta se atreve a proclamar falso) a “destruir los trabajos de la hembra”. Es decir, a remachar con su clavo de nazarita con voto de castidad un amor sin la “mancha sexual”, a hacer “que no haya varón ni hembra”, y por tanto a terminar el trabajo que los primeros invasores orientales hicieron con los antiguos matriarcados mediterráneos.

La vigilancia de la paternidad se impuso porque en tiempos no se sabía que el padre –que en algunas culturas sigue pareciendo una figura inútil, tanto como, digamos, San José—tenía algo que ver con la generación. El parto de las criaturas nuevecitas que llegaban al mundo se atribuía al viento (Estrabón cita esta creencia), al agua, a la magia propia de las mujeres. Cuando se descubrió el asunto de la paternidad había que resolver el problema de la transmisión de la propiedad, así que se fomentó, sobre todo entre las tribus nómadas del pastoreo que no querían que se dividiese su patrimonio pecuario, la monogamia femenina. La masculina no, porque no se chupaban el dedo. De ahí a convertir primero en cuestión de honor y luego en dogma social la virginidad y la pertenencia de la mujer al marido en exclusiva no iba más que un paso, y se dio.

El problema del aborto vino también como cuestión de economía. El Imperio necesitaba brazos y el aborto, en Roma (líder cultural del mundo), era una cuestión habitual sobre la que nadie discutía. Para ponerle freno, además de muchas leyes –la más conocida, la Pappia Popea-- que premiaban la paternidad múltiple, se empezó a promover la consideración de los niños como seres humanos, incluyendo a los no nacidos hasta cierto punto. En la misma época en la que, ante un desastre nacional, se exponía a los niños. Cuando un emperador moría, por ejemplo. O cuando se perdía una batalla a miles de kilómetros. De ahí se pasó a la extensión de la consideración dual del hombre (que no es un invento cristiano) en su composición cuerpo+alma. Si se quería proteger a los niños había que darles alma, y fijar el momento, que tanto discutió San Agustín (y muchos otros Padres) en el que ésta aterrizaba en el cuerpo del feto.

Esta manera de pensar se aplica, por tanto desde hace mucho tiempo, con lo que, si uno no cree en el alma, no hay por dónde asegurar que un feto es un ser humano. La gente más razonable –en mi opinión—dice que cuando está completamente formado el sistema nervioso. Pero en esto hay opiniones para cada minuto de la gestación o casi.

El asunto es que todo este jaleo de los antiabortistas (que, notablemente, suelen manifestarse en contra de las negociaciones para la paz y a favor de la pena de muerte, lo que no deja de ser un aborto con carácter retroactivo siguiendo sus esquemas) proviene de un conjunto de mitos, leyendas y luchas por la primacía religioso-mítica construidas contra el misterio femenino y su control sobre la generación. Mitos y luchas que se presentan, a pesar de todo, inacabables. La oportunidad política también juega, claro, pero eso es tan manido que ni lo comento.

Si sólo fuera eso. Llevan dos mil años tratando de impedir el refocile y el gustirrín. Condenándolo, prohibiéndolo, mencionando la composición interna de los cuerpos y su corruptibilidad , diciendo que te quedas ciego y tonto. advirtiendo lo de “pulvis es...”. La ironía de que en España a la fornicación se le llame polvo es inconmensurable y acertadísima. Y no hay manera. La hembra, sus trabajos, la llamada de la tierra, de la sensualidad, del descubrir los cuerpos y el amor, la pasión, incluso la violencia o el asombro en ellos, sigue sin tener freno. Y como los jovencitos y jovencitas, además de ser un poquito gilipollas no están educados en cuestiones sexuales pasa lo que pasa.

Ahora bien. Lo que no tiene gracia es proteger cualquier vida a costa de otra sin ni siquiera discutir prioridades entre el bien mayor y el menor, condenando a víctimas de violaciones, de malformaciones y enfermedades genéticas a un infierno en la tierra con la promesa del Reino. Lo que no tiene puñetera la gracia es que asesinen (per tertium interpositum) a millones de africanos y africanas soltando falsedades sobre los condones y apelando otra vez a que la gente se la escayole o se ponga velcro en las piernas y, si todo falla, a tener fe. Y lo que no tiene gracia es que todo eso lo diga quien tiene por misión propagar la nueva del amor y la redención.

De todos modos, yo creo que no están los tiempos para tocar las narices a las mujeres. Y, por otra parte, no vamos a dejar de follar se pongan como se pongan. ¡Coño, que llevan 2.000 años intentándolo inútilmente!

Hay que ser tozudos, vamos.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Elementa miscelanea. Cosas pequeñas para pensar a lo grande.

Para pensar en el éxito que puede tener un chiste:

Sarcófago significa, en griego, Come-Carne (sarx o sarj=carne; phago=comer). Daría un busto por conocer al cachondo al que se le ocurrió esta denominación para las cajas de difuntos.

Para hacer teología demagógica:

El diablo te tienta con sexo, poder, dinero, éxito profesional, placeres abundantes... Parece que consideramos a dios un poco cabrón, ¿no? De hecho, algunas de esas cosas se las demandamos a los santos o a la Virgen: “mira, lo que diga tu madre, que me tienes harto”. Muy de padre, ¿a que sí? Cachisss...

Para los negacionistas de la ufología:

Un caza cuesta cientos de millones de euros. No digamos entrenar y formar a pilotos para que los manejen. Pues bien: si lo que persiguen esos cazas son globos sonda o los reflejos de tormentas o de refinerías, o deberían dimitir los mandos que les envían a esas misiones o los pilotos no están tan bien entrenados para distinguir entre un globito y una amenaza desconocida. ¿O no? Tanto gasto para nada...

Una de periodismo moderno:

¿Para qué van los periodistas a las ruedas de prensa sin preguntas? ¿No saben que hay sistemas de comunicación a distancia tales como el teléfono, el correo, el correo electrónico, la videoconferencia, etc.? También son ganas de gastar.

Una de perplejidad histórico-ideológica:

Pese a las numerosas pruebas que demuestran que las especies han evolucionado a lo largo de millones de años, los ultrarreligiosos siguen llamando a las leyes de la Evolución “Teoría”. Sin embargo, creen de manera literal en unos textos arameos escritos en caracteres hebreos traducidos al griego y luego al latin en los que habla dios o su hijo. Es notable.

De la pureza idiomática:

Las palabras /teléfono/, /sinergia/, /televisión/ o, como vimos arriba, /sarcófago/ se doptan sin problemas al idioma español, y todas proceden de lenguas muertas. Sin embargo, todo el mundo se lleva las manos a la cabeza cuando esas palabras proceden del inglés o del francés. Si fuera por los puristas hablaríamos por señas. Eso sí: muy españolas.
ESCOLIO: que las agencias de publicidad hayan llegado a un acuerdo para proteger al español es graciosísimo. Supongo que habrán hecho un brain-storming en un meeting donde el CEO o el planner les ha sugerido a sus coworkers que, dentro del marketing plan y de la branding strategy de sus compañías estaría bien hacer una token task, no tanto para llegar a un target concreto, sino como pitch de notoriedad frente a la mass audience. Parece que ya están haciendo un story-board –en plan rough—para presentar al público el spot y las piezas gráficas con una deadline aproximada de finales de octubre.

Una de política:

Cuando alguien está en la oposición –en especial don Mariano—repite hasta la saciedad que las medidas tomadas son inexistentes o insuficientes. “Hay que tomar medidas urgentes y con firmeza”. Lo curioso es que nunca dice cuáles son esas medidas; y no es porque no sepa cuáles propondría, sino porque como son barbaridades lo mejor es decirlas cuando se llega al gobierno.

Una de corrupción:

En España los escándalos políticos y de corrupción no suelen tener castigo en votos. Y es que aquí sabemos que, coño, si llegas al poder será para forrarte y follar, ¿no? Somos un pueblo realmente empático con la falta de ética. Porque nadie tiraría la primera piedra.

Una de estudios científicos:

Casi nadie sabe que los estudios contra el tabaco los patrocinan –entre otras empresas limpias-- las petroleras. Los estudios a favor del tabaco, sin embargo, se sabe que los financian las tabaqueras. ¿Quién financia los estudios contra el aceite de oliva? ¿Y contra la carne roja?

Curiosidad institucional:

El virus del SIDA afeccta a todo el mundo a nivel orgánico. A la jerarquía eclesiástica, en cambio, le afecta primordialmente a nivel cerebral. (He puesto el galicismo “a nivel de” a propósito... ¿qué se creían?).

Oración, despedida y cierre:

/Carta de ajuste/ es otro anglicismo: viene de chart, que significa cartón, panel, cartel... mapa, a veces. Ahora se ha sustituido por concursos-timo y chicas que se autopalpan. No sé si agradecerlo o recordar con nostalgia aquélla nada llena de circulitos, rayitas y cuadraditos "à la Mondrian".

sábado, 14 de marzo de 2009

Lo que cuela en Cretinolandia.

El otro día, después de que un pobre chaval perturbado se cepillase a 16 personas y cayese abatido en su propio día de furia, volví a escuchar de boca de la periodista de turno, como cierre del perfil del muchacho que era aficionado --esta vez no se dijo "adicto", vete a saber por qué-- a los video-juegos violentos. Así se quedaba como última frase y destacaba sobre el hecho, también relatado, que este homicida vivía en una familia que tenía en su domicilio 28 armas registradas. Ni más ni menos: 28. Claro que también tenían una PSP, o una X-Box, o Wii o lo que fuera. Peligrosísimo.

Mientras tanto, veo una campaña de fanta que le dice a los jóvenes "No te compliques", porque sabemos todos que cuando la juventud se complica los que lo pasan mal no son los jóvenes. Si los de ahora lo supieran, igual se hacían a sí mismos menos agujeros y empleaban los potes de pintura para algo que no fuera enguarrar los edificios públicos para proclamar su propio nombre.

Hay otro anuncio, esta vez de Cola-Cao (marca de la que siempre he deconfiado por llamar "negrito" a un negro). Les dice a los chavales "Como Quieras". Así, tal cual. Este es el cierre, el texto viene a decir "En el deporte y en la comida, haz lo que quieras", o algo similar.

Estos dos ejemplos me parecen más sanguinarios, desclasantes, manipuladores y conducentes al desastre oral y a la crisis de valores que mil horas de juego --sabiamente repartidas-- en el Grand Theft Auto, por ejemplo.

Recuerdo aquél año en el que una asociación feminista premió una campaña de detergente Colón (aquélla de "Busque, Compare...") porque decía que trataba a las mujeres como sujetos con capacidad de selección racional de los productos y animaba a ejercerla. A algunas de ellas les pregunté por qué habían premiado una campaña que vendía detergente sólo a mujeres. No creo decoroso reproducir aquí las respuestas obtenidas.

Digo todo esto porque parece que es fácil señalar a unos enemigos y no a otros. En la era de lo políticamente correcto --habrá que introducir la palabra Avestruza, pongo por caso-- nadie se fija en los discursos, que son mucho más grandes y más poderosos que las palabras. Una mala lectura de la semiología y la manía humanista han hecho que creamos que por el hecho de llamar juezas a las jueces o miembras a los miembros del género femenino creamos discurso. Y no: el discurso se crea en una cena, en el recreo de las escuelas, responsabilizando a educadores y a portavoces sociales en la transmisión de valores, en lugar de procrear asnitos que sabrán distinguir entre la violencia de género y la violencia pero no entre un ladrón y un banquero.

Hay más ejemplos. Por poner uno, el hecho de que el PP y el PSOE lleguen a un acuerdo para que Patxi López se siente en el sillón de Lehendakari. Ya es bastante absurdo que un partido de izquierda pacte con nacionalistas (decir de derecha es redundante). Pero con la extrema derecha... es hasta feo.

Las consecuancias políticas: que los abertzales más extremos --no los hay moderados-- tendrán discurso para serlo más. Que el PSOE volverá a ser rehén de los faescistas después de rendirse al acoso mediático, en lugar de hacer rehén al Lehendakari de su minoría.

Las consecuencias sociales y educativas: que con tal de sentarse en el sillón del poder vale todo y se puede pactar con quien sea. Incluso con los que decían que no había diferencia entre Zapatero y De Juana, o los que directamente le llamaban terrorista.

No me dirán que eso no es más dañino que jugar a Halo o a Call of Duty.

Personalmente preferiría a veces que la política española fuera un videojuego. Por lo menos podríamos apagarla.

jueves, 5 de marzo de 2009

El Laberinto Vasco y la Democracia.

Ahora, veamos:

Si el Lehendakari de la Enterprise quiere gobernar por el hecho de ser la formación más votada, lo puede hacer, pero sabiendo que sus pactos tendrán un coste interno y externo muy alto y en facetas que el tripartito desconocía. Igualito pactar con IU-EB que con Aralar. Marrón.

Si López quiere ser Lehendakari en lugar del Lehendakari –sueño dorado del PSE—tendrá que pactar con el PP, lo que tiene una mala explicación en el resto del Estado, en el que la gente todavía cree que unos representan a la izquierda y los otros a la derecha. Además, un pacto por el sillón PSE-PP (la invitación a EB será elegantemente rechazada si mis amigos de allá siguen siendo como eran) se levantarán en el paranoico mundo nacionalista los sentimientos de “otra vez los españoles” o, como se nos llama ahora, “constitucionalistas”. El fantasma del frentismo, digan lo que digan unos y otros, está ahí. Marrón.

En mi más que humilde opinión todo viene de la distorsión del panorama político vasco, determinado ab origine por el mal llamado problema del “entorno” próximo a ETA y su exclusión del ámbito electoral. La malhadada Ley de Partidos, fruto del totalitarismo del PP de Aznar, de la desconfianza que siente la derecha (PP y PSOE) respecto de la fortaleza de la democracia para protegerse a sí misma e imponerse a las soluciones violentas y de una especie de venganza del amigo de G.W. porque ETA no le permitió ser “el hombre que acabó con el terrorismo” –de ahí que no permitiera después el diálogo iniciado por el primer Gobierno Zapatero—es la que hace que las soluciones de gobierno en Vitoria-Gasteiz sean pastiches, suturas y cambalaches.

Me explico:

1. Va contra cualquier lógica querer que el independentismo se sume al juego democrático expulsando a sus votantes y a sus representantes de dicho juego. La Ley de Partidos refuerza y legitima la resistencia antisistema, en la medida en que expulsa de éste nada menos que a ciento cincuenta mil votantes.

2. Es imposible ofrecer una salida política a la lucha armada desde la prohibición de participar en la decisión política. Creer que todos los independentistas están de acuerdo con el tiro en la nuca es como creer que los católicos del PP están contra el divorcio.

3. Jamás habrá, en estas condiciones, un sujeto político legitimado para mediar en el conflicto armado, lo que hace de éste algo irresoluble por definición. Sin el puente que representó, por ejemplo, el Sinn Féin la paz en Irlanda hubiera sido imposible, como el fin del Apartheid –con todas sus dificultades—hubiera sido imposible sin el espíritu mediador y pacifista de Mandela. Si su movimiento hubiera estado proscrito la negociación hubiera sido imposible por falta de interlocutor.

4. El agravio comparativo entre el trato que se dispensa a los abertzales que no condenan el uso de las armas y el que se destina hacia partidos de carácter falangista, fascista, nacional-socialista, etc. es notorio. Tanto, que hace sospechar a los extremistas abertzales si la Ley de Partidos sólo tiene aplicabilidad contra ellos y, por tanto, contra el País Vasco.

5. Es cierto que Las diversas formaciones pseudo-lideradas por el pobre Otegui no son el Sinn Féin, en la medida en que aquéllas no tienen el poder político ni de liderazgo sobre ETA que sí tenía éste sobre el IRA. Incluso aunque no fuera verdad que Otegui era el guiñol de ETA lo parecía. Pero para deslegitimar a Otegui y al mal llamado brazo político de ETA el poder tenía medios sobrados sin recurrir a la proscripción del voto libre y secreto.

6. Es incomprensible que cualquier político español de cualquier tendencia entienda perfectamente que la solución para cualquier conflicto armado o potencialmente armado pase por la negociación política y la inclusión de los violentos en las instituciones y no aplique lo mismo en Euskadi. Lo que vale para Palestina, Irán, Corea,... ¿no vale para ese rinconcito de Europa? Y créanme: ETA no es Hamás. Y para miles de vascos la lucha de ETA contra España es tan legítima como la de Hamás contra el Estado de Israel. Esto puede fastidiar, pero es un hecho que no se soluciona negando la existencia política de esos miles de personas. Y tiene que entrar en la cabeza de quien quiera tomarse la molestia de acabar con el problema.

En el fondo, creo que a los grandes partidos y al mal llamado “entorno” ETA les viene de miedo. A unos les ha supuesto una continuidad ininterrumpida en el poder durante más de una generación. A otros, como moneda de cambio para presentarse como los auténticos garantes de la identidad nacional y de la estabilidad de las instituciones. A los últimos, para seguir matando o justificando asesinatos tan políticamente relevantes como el de un empleado de peajes. Luego querrán hacerme creer que estos se cargaron a Carrero. Amos anda.

Yo creo que, en el fondo, todo el mundo está tan contento. Excepto los que notamos esa herida democrática que no para de sangrar.

Nota: por más que se quiera evitar llamar “conflicto armado” a lo que hay, lo es. Porque hay dos bandos y ambos utilizan las armas. Y otra cosa: espero que caiga todo el peso de la ley sobre los presuntos torturadores de los presuntos responsables del atentado de la T-4. Es lo que faltaba. Que Zapatero herede las formas que llevaron a González al desastre. Porque Zapatero ya sólo es sus formas...

miércoles, 4 de marzo de 2009

Elecciones y perplejidades. Galicia y Otros Desastres.

Es notable lo mucho que manejan los analistas políticos y periodísticos (a menudo hibridados en un solo ente que habla despacio y con voz engolada) números e indicios sobre los resultaods electorales sin dar un sólo contenido sencillo, elegante y que explique lo que sucede de manera que se corresponde lo que ocurre con los electores. Creo que es precisamente porque la dictadura del número impide a los investigadores políticos poner la oreja entre los electores y darse cuenta de que el mundo de la estadística sólo muestra los síntomas, no las disfunciones. Como los termómetros, te dicen que tienes fiebre, pero no hay manera de saber de dónde procede la infección mirando solo la línea graduada. Hay otras maneras de analizar las cosas que pasan en una urna.

Por ejemplo:

1. Es un error periodístico y político –especialmente en campaña-- pensar que un personaje como Baltar puede ser atacado afeándole sus insultos personales, sus calificativos, como “maricón”, “maltratador”, etcétera. Porque el público que le escucha y le ríe la gracia habla así, piensa así de su vecino o de su cuñado, desprecia a los diferentes, suele ser xenófobo y fascista de cuore. Así que el exabrupto y el desprecio da votos, entendámoslo de una vez por todas; afear su conducta no, porque coloca a quien lo hace en una posición chillona y ridícula. El único contraataque posible es hablar, por fin, de los muy virtuosos políticos del PP a los que se rescata de un burdel extranjero, que viajan a una toma de posesión con su joven efebo después de clamar contra las bodas homosexuales, de los que no respetan ni un sólo mandamiento mientras acuden a la misa de domingo, etc. Se ha hablado poquísimo del corsé de Pedro Jota, y es uno de los episodios que en democracias avanzadas hubieran acabado con la credibilidad y el poder oculto de cualquier director de un medio de prop... de comunicación.

2. La clave del discurso de la ultraderecha (en España la única derecha moderada es la del partido que ahora nos medio gobierna) siempre ha sido la victimización y el mostrarse acosada por oscuras conspiraciones. Mientras enviaban a millones de personas diferentes (no sólo a los judíos, sino a los homosexuales, a los gitanos, a los comunistas, a las lesbianas, etc.) a una muerte seriada, eficaz, genocida, Hitler y Goebbels se mostraban a sí mismos y a Alemania víctimas de un acoso de oscuras fuerzas, que querían acabar con la inmaculada pureza y las buenas intenciones de paz y prosperidad de su Alemania. Franco empleó literalmente el mismo discurso: recordemos la conspiración judeo-masónica, el contubernio de Munich, la eterna soledad del Imperio frente a las potencias liberales, y un largo etcétera de paranoias legitimadoras. Sus herederos naturales son ahora víctimas de una persecución judicial en connivencia con el poder totalitario de la izquierda, haciendo que unos gestores liberales, serios y comprometidos sean sospechosos de haber puesto el cazo. Antes, la conspiración del 11 de Marzo, en la que un gobierno que batió todos los records de la desfachatez, de la mentira y del insulto a la inteligencia ciudadana se presentó como víctima inocente de una toma de poder oscuramente pactada con los enemigos de la democracia y del Estado. Siempre hacen lo mismo. Y siempre pican.

3. La izquierda siempre está en inferioridad respecto del juicio público precisamente porque tiene –y se le admite—la superioridad ética. Que roben los caciques y los de toda la vida, vale. Pero cuando roba la izquierda es imperdonable. Porque además lo hace peor, con la imagen chapucera del advenedizo, del que de pronto lleva anillos de oro, o se sube al yate, o lo que sea. Pues para eso, que roben los de siempre, que al menos no van dando lecciones. Entre eso y que el Gobierno de Galicia o no hacía nada o de lo que hacía no se enteraba nadie, porque no se publicitaba, pues ya tenemos un resultado.

4. En el país Vasco todo lo que no se lea en clave de independencia/no independencia no hay manera de entenderlo. Dejo para otro momento lo mal que me sienta escuchar juntas en una frase “izquierda” y “abertzale”. Recomiendo la lectura paralela de Sabino Arana y Adolf Hitler para abrir boca. Si no fuera porque sé que es imposible, para mí que se corregían los textos el uno al otro y quedaban de vez en cuando.

5. La izquierda no tiene sentido del humor. No son capaces de conectar con el cachondeo, con la rabia, con las vísceras de los electores, y menos este Partido Socialista que se la coge con papel de fumar y con esta Izquierda Unida, que... bueno, ya sabéis. Recuerdo que en las elecciones Andaluzas del 98 el punto de apoyo fundamental de la candidatura de Cháves era la reivindicación del censo y la dotación correspondiente del Fondo de Compensación para Andalucía, a la que el gobierno de Aznar se negaba, evidentemente. El muñeco del guiñol de Cháves repetía continuamente “¡Quiero mis minolles!”. Yo propuse hacer camisetas para que en los actos públicos y en los mítines los partidarios llevasen en ellas esa frase: “¡Yo también quiero mis minolles!”, haciendo que el chiste y la caricatura fueran un elemento a favor de la campaña y, de paso, que la guasa fuera una aliada. Mis compañeros de asesoría me dijeron que estaba loco, que no era serio,... Cuando, a dos días de las elecciones, mencioné la idea a la gente de Chaves tomando unos pinchitos se llevaron las manos a la cabeza: a Chaves le hubiera encantado y a ellos también. Pero...

Continuará. Esta vez profetizaré sobre las europeas.

Nota: para los que estéis pendientes de “Las Fábricas de Asnos” os diré que mi hijo mencionó que las tres grandes pirámides de Gizah parecen reproducir exactamente el alineamiento de estrellas de la constelación de Orión (Osiris para los egipcios). Una compañera preguntó “¿Y qué es el cinturón de Orión?” Respuesta de la profesora: “Un templo, me imagino”. Échale hilo a la cometa. No ha visto (mucho menos leído, supongo, la novela de origen) Blade Runner.

viernes, 27 de febrero de 2009

Las Fábricas de Asnos (II). Y esto ya es Personal.

Mi hijo está estudiando, creo que en “Sociales” –ya no me aclaro con las denominaciones modelnas—, el antiguo Egipto. Es una civilización que no le llama la atención tanto como Grecia y Roma, seguramente por desconocimiento y porque de pequeñito le daban miedo las momias, o vaya uno a saber por qué. Cuando vino después de la primera clase sobre el tema me dijo que había preguntado por los números en el Egipto antiguo, y que su profesora había eludido la respuesta, diciendo que, de momento, estaba explicando lo básico.

Yo no tengo problemas con las momias y soy un poquito freak del asunto, así que le dibujé en un papel los jeroglíficos numerales. Siempre he creído que las personas que no se interesan por Egipto se engancharán a ello a través de su escritura misteriosa, evocadora, mágica ("la mordedura del pato", lo llaman los egiptólogos). Pero también porque tiene un punto naïf, inocentón y esquemático que tiene que atraer por fuerza a los que seguimos siendo un poco críos. Así que, además, hicimos algún cachondeo a cuenta de los números, porque el número diez mil se escribe dibujando una rana o un sapo y, a partir del millón, para explicar la idea de millón, o “muchismo, muchismo” (infinito), el signo es un señor abriendo los brazos como los pescadores cuando mienten sobre el tamaño de lo que han pescado. Como queriendo decir. También le conté que, para los egipcios antiguos, los signos escritos representaban la cosa viva, la realidad animada. Así que cuando escribían un león o una serpiente, los partían por la mitad, por si un ataque. Más risas y la conciencia de la importancia de la escritura para una cultura en la que todo era sagrado, todo estaba animado, todo era trascendente.

El caso es que mi muchacho llevó los dibujillos numerales a clase como aportación. La respuesta de su profesora fue, mientras rechazaba el papelito, “eso ahora no interesa”.

Esta cretina será de las que, cuando le pongan un micrófono en una radio o en una cena con amigos, explicará lo muy estresada y desmotivada que está porque sus alumnos no tienen interés ni motivación. Será la que, cuando me entreviste con ella, pensará que soy un ente que se ha reproducido sólo para molestarla colocando en su puesto de trabajo a un molesto enano cabezón.

¿Cómo es posible que no pases una clase dibujando los nombres de los chicos en jeroglífico, explicando los grandes monumentos como lo que son: grandes campañas publicitarias en un soporte que ha durado cinco mil años? ¿Como es posible no ponerte a estudiar la momificación, los vasos canopos en la que “archivaban” los órganos de las personas importantes por si los necesitaban en su viaje ante Anubis? ¿Cómo no va a interesar a los chavales de 13 años ver que la mitad de los cómics que leen o ven en la tele son trasuntos y herederos de los dioses y diosas de cabeza animal? ¿Cómo no fascinarles con las medidas de la pirámide de Khu-Fú (Keops, para los del plan antiguo) y cómo las grandes pirámides reproducen el cinturón de Orión, antes de Osiris? ¿Cómo no contarles que las obras sacras de los egipcios son tan increíbles que hay investigadores que defienden que los extraterrestres echaron una mano?

El Antiguo Egipto puede ser todo menos aburrido, como Grecia, como Roma, como cualquier historia épica con sus buenos, sus malos, sus luchas de titanes, sus maravillas tecnológicas. La manera de escribir, de numerar, de expresarse, de construir, de concebir el mundo... todo eso se puede relacionar con su propia vida, con cosas que les parecen muy modernas pero que ya existían o se apuntaban en los mundos antiguos. No sé... un montón de cosas.

Claro que, a lo mejor, uno tiene que sentir esa pasión por la historia, por el conocimiento, por lo que puede fascinar a los chicos y las chicas, por encontrar la manera de comprometerles con mundos misteriosos, llenos de maravillas asombrosas, que son nuestra herencia y nuestro lujo.

¿Cómo hago ahora para que mi hijo respete a esa profesora? ¿Cómo hacemos para que se respete a sí misma y a la profesión que desempeña?

Qué lástima. De verdad.

Nota: En un mundo que todavía recordamos, el Cura, el Maestro, el Médico y el Farmacéutico no sólo eran instituciones respetadas porque su formación les daba un estatus superior. Además, se consideraba –y ellos lo asumían-- su desempeño como vocaciones, no como profesiones. De manera que hacían muchas cosas y atendían muchos asuntos que sobrepasaban de largo sus funciones. Ahora, todos somos profesionales y no hacemos cosas que no vayan estrictamente recogidas cen nuestro estatuto profesional “porque no nos pagan por eso”. Aún no hemos hablado con la cretina, pero seguro que nos saldrá con algo parecido. Al tiempo.

jueves, 26 de febrero de 2009

El Ruido y la Furia. Y una cría muerta.

Dicen que en las instrucciones de los microondas estadounidenses hay una advertencia específica que indica a los usuarios no meter a animales domésticos dentro, porque sería fatal para ellos. Dicen también que esto se debe a que alguna o algunas personas que desconocían cómo funciona un microondas metieron a sus mascotas a secar y que demandaron --¡y ganaron!—a los fabricantes por no haber indicado específicamente que no se pueden meter dentro seres vivos.

A nadie se le ocurrió demandar al usuario por inculto, a sus maestros por no haberle enseñado cómo funciona un microondas, etc. Aunque suene elitista, yo hubiera demandado al usuario, a los jueces y al jurado por gilipollas, por ignaros y por llevar la farsa judicial al abuso y al ridículo.

Dicho sea de paso, el que haya un sólo imbécil que mete a su gato en su microondas implica que toda la industria de electrodomésticos tiene que incorporar las nuevas instrucciones, retirar las antiguas, cambiar el empaquetamiento y multiplicar los gastos que, finalmente, repercutirán en el precio. Insisto: me da igual que el caso sea real o no; todos lo tenemos por plausible, así que funciona como hecho cultural.

El otro día ví a un usuario de este estilo nada menos que en mi Palacio de la Moncloa pidiendo una reforma constitucional para introducir la cadena perpetua, iniciativa inmediatamente aplaudida y asumida por los faescistas y Pedrojeta, bajo el argumento tan español de “esto no se puede consentir” o “esto clama al cielo”. Porque los irreflexivos, los incultos y los dolientes no quieren oir hablar de justicia, quieren (y confunden) venganza y castigo. Quieren tirar por el sumidero los derechos humanos, el concepto de reinserción, la carga inasumible para sus mentes estrechas –aunque frecuentemente religiosas—del perdón y la reconciliación, de la oportunidad de redención.

Y es que yo lo siento mucho, pero no trago con la película mediática de los incendiarios telecinqueros, corazonistas y pedrojoteros. Porque me faltan incluso algunos datos que me parecen importantes y que, si hubiera sido periodista (o similar) hubiera preguntado en las tertulias en las que buitres y presas fueron invitados a todo correr. Veamos:

¿Estas familias son modélicas y han educado a su hija en la responsabilidad? ¿O la panda de amigotes con los que esta chica salía son unos pastilleros violentos que pierden el control cuando se colocan? ¿Conocían estos padres a las personas con las que salía su hija y sabían sus lugares de reunión, los locales que frecuentaban, las actividades a las que dedicaban sus salidas? ¿Es posible que estos padres no hayan enseñado a su hija a seleccionar sus compañías, a advertirla frente a personas de la calaña de sus asesinos, a ser responsable y limitar su tiempo de ocio a actividades seguras y limpias? ¿Cómo era su relación con su hija: la conocían, sabían que estaba con personas que podían poner en peligro su vida? ¿Y si la película es que a una hija fuera de control le gustaban los malotes mayores que ella y los botellones, y la juerga y el sexo ocasional y las madrugadas descontroladas y a todos, esa noche, se les fue la mano con el alcohol y la cosa acabó como acabó? (Digo: esto me lo estoy inventando, pero... pero no me gustan las cosas unidireccionales).

Porque ser víctima –siquiera vicaria—se convierte, inmediatamente en motivo de santificación, de pureza, de bondad irreprochable, de existencia sin mácula. Y no digo que no sea así: digo que no tiene por qué ser así. Digo que asesino, encubridores y víctimas no son sino productos de una cultura, de un contexto y de unas determinaciones de las que esos padres forman parte. Y que no tienen derecho a mirar siempre hacia afuera para acabar con la rabia encerrando al perro de por vida.

Así que este señor, para quien es más importante su hija que la civilización, la justicia y la ética –cosa comprensible en el dolor de un padre, pero que me queda lejos cuando hablo de los palmeros de la derecha—se planta en la Moncloa y:

a) Le reciben. Espero que sean recibidos los padres de los jóvenes que se matan contra una farola y que pidan la prohibición de las farolas, por ejemplo. de hecho, creo que voy a pedir una entrevista con el Presidente para pedir que no se instaure la cadena perpetua. A ver qué pasa.

b) Nadie pareció explicar a ese padre que nuestro sistema judicial está pensado, como en todo estado de Derecho, para la reinserción y la recuperación para la sociedad de las personas desviantes. Que una condena de 30 años es de hecho una cadena perpetua. Que, seguramente, en la cárcel se hará aún peor persona, con lo que su vida se habrá perdido ya irremisiblemente.

c) Que nadie tiene derecho a hacer la justicia a su medida, y que la ética se aplica con la cabeza y no con las vísceras, conquista que ha costado a la humanidad siglos de sangre, de lucha y de fracaso de las políticas judiciales a las que este señor es proclive.

d) Que nadie le explica –quizá porque de algún modo lo sabe, quizá por incultura, quizá por el dolor—que él también es culpable de la muerte de su hija. Como yo. Como toda una sociedad que debería reflexionar sobre sí misma para ser capaz de acompañar a un padre en el suplicio, pero no mostrar compasión con un ciudadano cabreado que no tiene ni juicio ni autoridad moral para cepillarse el Imperio de la Ley por su caso particular.

Pero Zapatero es así. En vez de esperar al funeral y condolerse brevemente con las familias, va y recibe al padre vengativo y abre un debate inútil, estéril y malintencionado, sobre la cadena perpetua que va a desgastarle inútilmente y que va a volver a distrer la atención de la mierda acumulada por los puros de corazón y los justamente indignados usuarios de microondas del PP.

En lugar de decirle al buen señor que reformar la constitución porque le han matado a la hija es una salvajada y un acto de venganza estéril y antidemocrático, le dice que es difícil.

José Luis, tío, que Aznar se pareciera a Chaplin no quiere decir que tú seas Harold Lloyd. Deja de meter la pata, coño. Y dile a los que meten a sus mascotas en el microondas que la culpa también puede ser suya.

Próxima estación: la pena de muerte.
Al tiempo.
Nota: No quiero decir con todo esto que el asesino no sea un asesino. Quiero que caiga sobre el asesino y sus cómplices todo el peso de la ley. Pero de la ley, no del hígado, ni del linchamiento en la plaza pública.

viernes, 20 de febrero de 2009

Los Peligros de la Pureza.

Cuando el PSOE se enredó en los escándalos promovidos por sus enemigos internos y externos, Julio Anguita hizo un análisis curioso de la situación, aportando a nuestra triste política nacional dos conceptos que luego se revelaron tragicómicos: “las dos orillas” y el “sorpasso”.

El PCE vió la oportunidad de morder la yugular de los socialistas y, aumentando las contradicciones del sistema aliándose con el PP de Aznar en momentos y escenarios puntuales, la de sobrepasar o, al menos, asustar al Partido Socialista.

Esta política desconcertó a mucha gente dentro de la coalición de Izquierda Unida, cuyo corazoncito izquierdoso veía feo juntarse con el caudill... digooo... con Aznar simplemente por motivos de aumentar la cuota de votantes. Al tiempo, hubo un proceso de “clarificación” dentro del partido, de tal manera que, para recuperar las verdaderas esencias, se recurrió a “quien no está conmigo está contra mí”, a la vuelta a la pureza doctrinal y a la selección de los “verdaderos”. Como el propio Anguita dijo en una entrevista, quedarían pocos, pero serían los buenos, los auténticos.

El resultado: muchas de las llamadas sensibilidades de IU se vieron apartadas, se largaron al enemigo natural o se quedaron por lealtad al proyecto fundacional pero sin renunciar a dar cera a una formación que tendrá –creo—uno o dos millones de votos potenciales más de los que realmente consigue en las muy amañadas y bipartidistas legislativas.

Digo todo esto porque el papa Ratzinger está encabezando un proceso de purificación muy parecido (comunistas e Iglesia siempre han tenido mucho en común: partieron de una idea fundacional, construyeron un dogma que violaba dicha idea y luego construyeron patíbulos para los disidentes). El problema es que purificación significa siempre exclusión, así que la cuota de mercado se va reduciendo aunque aumente la fidelidad a la marca de su clientela.

Y es que la historia es tozuda: si un movimiento quiere tener éxito, como vió San Pablo, tiene que sumar corrientes y sensibilidades que no comparten el núcleo ideológico ni pragmático de la ideología fundadora: nadie podía ser menos cristiano (en el sentido judío del término) que un griego de Alejandría, ni nadie puede ser menos marxista que un empresario pequeño-burgués que deslocaliza su producción. Tarde o temprano, la diversidad y pluralidad de corrientes trae consigo la lucha por ocupar los espacios de poder dentro de la institución y la pérdida de la oferta ideológica a cambio del mantenimiento de la institución. Además, esas corrientes van creciendo y pretenden asumir protagonismo y cuotas de poder dentro de la misma, con el fin de acercarla a sus bases.

Cuando esta diversidad amenaza con borrar la identidad de la institución o provoca luchas internas, se prevé una crisis. De modo que la tendencia puede ser reincorporar a todas las sensibilidades dentro de una idea re-fundacional, aunque excluya a ciertas minorías en el proceso, o bien la posición más conservadora: volver a los orígenes institucionales, recuperar los mores y la moral de la tradición.

Cuidado: no se vuelve a la idea fundacional –en el caso de la Iglesia no se vuelve al Cristo; los estalinistas nunca vuelven a Marx--. Se vuelve la mirada al momento en que la institución haya tenido más poder, a la época maravillosa de los buenos y viejos tiempos. De ahí que la purificación ideológica se convierta en purificación ritual y que las personalidades que se buscan sean lo más cercanas posible a los valores y percepciones de la época en la que el movimiento ejercía el máximo poder.

Es decir que Benedicto lo que quiere no es volver a la Iglesia primitiva, a la iglesia de la caridad, del Cristo amor y redención. De lo que se trata ahora es de volver a la iglesia de Trento. De proponer la teocracia como sistema de gobierno. De renegar de la liberación laica. De asimilar los ideales republicanos al nazismo. De poner a la mujer en su sitio. De recuperar a los lefevbrianos aunque sea a costa de perdonar pecadillos como la negación del Holocausto.

Y en ello estamos. Eso sí: seguro que los que queden serán muy puros. Y a mí personalmente me da pánico la pureza. Debe ser de las palabras más pronunciadas por Hitler y Goebbels en todos sus discursos. Eso me imagino que también lo sabe muy bien el buen pontífice.

Nota para aburrir. Los puentes fueron un descubrimiento clave en la historia, puesto que fueron el secreto de la prosperidad económica y de las comunicaciones del mundo antiguo. Tan importantes como la rueda o internet. Se creía que tal triunfo de la humanidad sobre la naturaleza podía incluso ofender a los dioses y el vulgo, como es habitual, pensó que aquéllas obras espectaculares tenían que ser obras del maligno en las que habitaban espíritus ofendidos por la soberbia humana, como nos pasa ahora con el ordenador, por ejemplo. De modo que se dedicaron unos funcionarios religiosos a aplacar la ira de los genios de la naturaleza y de los dioses, “tendiendo puentes” entre nuestro mundo y el suyo, negociando y haciéndonos perdonar por sobrepasar los obstáculos de la creación. Este cargo metafórico, arquitecto de las relaciones con lo sobrenatural, fue espiritualizándose –y burocratizándose—hasta que el máximo responsable de las ceremonias cívico-religiosas fue nombrado “pontifex maximus”, es decir, el jefe de los que tienden puentes. Título que más tarde asumieron los emperadores y que los papas cristianos asumieron cuando se hicieron con la corona del Imperio. Bueno, pues no veo yo al papa Ratzinger, precisamente, muy proclive a tender puentes. Y menos si se dedica a readmitir a dinamiteros. Como decimos siempre: pobres de nosotros si no hay un cielo, pero pobre de él si hay un infierno.

Vale.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Una Noticia Pequeña. Pero tan Grande.

Un católico practicante, miembro activo de su parroquia, pide, en la Eucaristía del domingo pasado, acercarse al púlpito. En él, anima a sus correligionarios, los asistentes a la misa dominical, a que recen por las parejas homosexuales, por los divorciados... y convoca a todos para pedir perdón porque la Iglesia (su Iglesia) les excluye.

Es un acto pequeño, de una grandeza enorme. Un episodio en el que han participado quizá un centener de personas entre los cuatro millones y pico que se agolpan en la capital del Reino. Un acto que no puede competir con la última mentira de un cargo público, con la última estupidez de un famoso, con el último penalty escamoteado, con la última boutade de un artistilla amigo del editor de informativos.

Tampoco se hablará de esa Iglesia del amor, de la caridad, de la acogida, sino de la otra, la de la malicia institucional de los prelados, la de los sectarios del cilicio y los colegios sexistas, la del último grito estentóreo de dios-patria-familia.

No puedo respetar ninguna creencia religiosa. Pero creo en ese feligrés que quiere, que invita y que practica su fe acogiendo, queriendo. Que sea mi suegro es un accidente afortunado.

Muy afortunado.

viernes, 13 de febrero de 2009

Sic Transit Gloria Sinistrae

Cuando en el colegio uno de los “chicos malos” hacía una barbaridad y los profesores o la dirección se enteraban, lo primero que se hacía era buscar al chivato. Llegaba un momento en que la discusión era quién había dado la información al director y se olvidaba por completo quién había quemado el pupitre o le había abierto la cabeza al debilucho. De manera que el peor delito que se podía cometer en el colegio era “chivarse”, y no abusar del gordo, del gafotas o del empollón (lo sé muy bien porque, salvo en lo de las gafas yo estaba bendecido por los mencionados atributos), ni echar azúcar en el depósito de gasolina del coche del profesor de matemáticas, ni pegar una paliza a un chaval negro o moro, ni robar un balón, o la comida o el dinero, a un chaval de primaria.

Nuestra presidenta de la Comunidad de Madrid, la pija ex-maoísta cuyos discursos escribe un ex-anarquista, ha hecho lo mismo que los golfos repetidores de los colegios. Para ella lo grave no es el montón de estiércol sobre el que su trono se asienta, sino que alguien se ha chivado. Lo que para Pedro Jeta es periodismo de investigación es para el grupo Prisa filtración intolerable y connivencia entre el ejecutivo y el judicial. Es chivateo.

Luego están los comunicadores faescistas, que son unos genios. Porque ahora se discutirá sobre la oportunidad y aun la legalidad de que el ministro y el juez se encuentren en una cacería –organizada por un señorito del PP de Jaén—y no sobre los sobornos, los sobornados, los espías, los espiados y toda la basura adyacente.

Y eso que a los que fuimos y somos de izquierda lo que más nos duele de la cuestión cinegética es ese socialista ejerciendo de señorito en Sierra Morena. O ese otro socialista que le va a poner una calle en Zaragoza a San Josemaría. O ese sindicato que ha aceptado callarse ante las cosas que pasan en Telemadrid. Y es que la izquierda está fuera del parlamento, de los ministerios, de la política. La izquierda está sólo ya en nuestros ordenadores, en nuestras indignaciones de salón, en nuestras cenas con aquéllos amigos, en nuestro voto frustrado y frustrante. En alguna parte de nuestra memoria, de nuestra adolescencia.

Desde que González se subió al Azor esto es lo que hay. Tristeza.
Nota: De hecho, esta investigación de Garzón es peculiar. Por primera vez, creo, se va a perseguir a los sobornadores y no a los sobornados, que hasta ahora era la práctica habitual. Vamos a ver.

miércoles, 11 de febrero de 2009

El 23-F: la Memoria, la Pureza y mi Señora.

Anoche vi unos reportajes sobre la inentona de golpe del 23 de Febrero (de 1981, para los del plan nuevo). Yo había vuelto a mi antiguo Instituto, no recuerdo por qué, aunque me parece que tenía que ver con una reunión política. Yo ya estaba en Comillas, pero no había roto lazos con mi única etapa de educación laica (Gracias, Antonio, Roberto, Alejandro...).

Eran unos tiempos muy puros y, como tales, muy confusos. En las manifestaciones de los dos años anteriores contra la reforma educativa –y contra Martín Villa, que aún amparaba disparos al aire, detenciones ilegales y Conesas, amparo sobre el que se ha corrido un muy tupido velo—yo devolvía botes de humo con el que ahora le escribe los discursos a Esperanza Aguirre y con una chavala con nombre de tío que simpatizaba, y creo que se liaba, con gente neonazi. Bueno, y conmigo. Carisma tolerante, que le dicen.

También hay que recordar que la política era tan seguida –emocional y racionalmente—como ahora el fútbol o los realities, y que cuando había un debate importante en el Congreso andábamos por los autobuses, por la calle y aun en las clases, con la radio pequeñita en el bolsillo. Como aquéllos vejetes que iban por el retiro los domingos con el Carrussell Deportivo a toda leña, pero en concientizado. Es importante tener esto en cuenta, porque explica que prácticamente toda la ciudad se enterase del golpe en tiempo real.

El caso es que aquélla tarde era de esas que en Madrid ya huelen a primavera. No hacía mucho frío y había pasado a saludar a Macario el secretario (infame pareado para una gran persona) y de pronto la SER, los disparos y todo el lío. Después de no dar crédito durante un par de segundos corrí de clase en clase para evacuar el Instituto. Todo el turno de vespertino y el comienzo del nocturno anduvo a las carreras, solicitando información confusa, arreando para sus casas o para las sedes de los partidos y movimientos, según el caso.

Es difícil explicar a los de ahora que, en una época sin teléfonos móviles, todo el mundo sabía qué hacer y dónde ir para deshacerse de papeles, localizar a los ilocalizables, preparar –en algunos casos—el viaje a Gredos o a Francia, salvar lo que se pudiera de los locales, repartirse los libros y los documentos más imprescindibles... En fin, un estrés coordinado. En dos horitas, hacia las ocho y media, todo estaba más o menos controlado y cogí un autobús para ir a casa. Cuando llegué, mis padres estaban histéricos, pensando eso que las madres definen como “que te hubiera pasado cualquier cosa”.

Luego, dos horitas de teléfono, cena y escapada al Palace. Como en Neptuno había de todo y todo bueno, los de mi cuerda anduvimos muy discretos. Lola me había acompañado por si un aquél de parejita-paseando-sin-nada-que-ver-con-el-lío. Tan discretos anduvimos que, cuando estuvimos a punto de chocar con los que vitoreaban a los golpistas, recibimos la consigna de que va a ser que no. Para casa, tranquilidad y ya veríamos por la mañana. Se rumoreaba que el golpe estaba triunfando en Valencia y la música militar de Radio Nacional no ayudaba a pensar en que “mañana por la mañana” iba a ser coser y cantar.

Nada más volver a casa con Lola apareció Juan Carlos. A pesar de las angustias de la generación de mis padres, el gesto era claro: no había golpe. Más telefonazos de comprobación. Después de todo, “mañana por la mañana” empezaba a verse más claro. Valencia se tranquilizaba y la Brunete acuartelada en Villaviciosa –cuyos mandos y suboficiales tuve el gusto de soportar en mi propia mili en Valladolid—volvía a casita sin haber quitado las zapatas de los carros de combate.

La mañana siguiente hacía más frío. Y todos, de alguna manera, supimos que íbamos a pagar un precio muy alto por aquéllo. Nunca supimos nada de la trama civil. Ni siquiera anoche. Y todos vimos cómo la izquierda española se hacía de derecha para poder gobernar: primero consolidar la democracia, etc. La lección ya estaba aprendida.

Los tiempos dejaron de ser puros, las utopías terminaron con la muerte de Tierno, la corbata de González y el referéndum de la OTAN. Un año después, tras haber salido con la hija de uno de los amigos de Tejero y Miláns (seguía yo con mi carisma tolerante), me enamoré por fin de una chica de izquierda. Ahora es mi mujer, mira por dónde. Quién sabe si debo mi felicidad conyugal a Tejero.

Para leer a Hegel, vamos.

Nota: Me gustaría que las 20 ó 25 personas que leen esta cosa aportaran su 23-F. Es como aquélla escena de Night Moves, en la que Gene Hackman y Jennifer Warren conectan de veras cuando responden a la famosa pregunta: "¿Dónde estabas cuando mataron a Kennedy?". Viva la memoria.

lunes, 9 de febrero de 2009

Humor para después de una Gripe.

Las vidas y hechos de los fascistas siempre tienen momentos de armonía preestablecida, de ironías elegantes, de justicia poética.

Así, ahora se ve, como en el retrato de Dorian Gray, el montón de estiércol que ocultaban las joyas, los chaqués, los cabellos engominados hasta las guedejas terminales y los gestos de serena tranquilidad de los que hollaron las losas de El Escorial en aquélla boda real que montó el heredero del Vigía de Occidente, amigo de G.W.

Como se ve esa inercia de todos los liberales que acaban por montar gestapos –de pacotilla, casi casposas, pero gestapos—porque entre bueyes hay cornadas, y muchas.

Pero lo que más gratifica de salir de una gripe de una semana es ver cómo el mismo Papa que presiona al ultrafascista Berlusconi para encarnizarse hasta la tortura contra una pobre joven y su familia perdona mientras tanto a un obispo (uno de los muchos) que niega el salvajismo Nazi. Y es que la cosa no está para perder clientela, ni socios.

Así que, no me digan: los del boato, chorizos; los paranóicos, espiados, y los del derecho a la vida, negando las cámaras de gas.

El que no se divierte es porque no quiere.

Nota: probé a ver un ratito la muy mediocre copia del maravilloso SNL a la española que ha perpetrado Cuatro. Yo creo que un programa así aquí no tiene futuro. ¿Qué humorista español(a) puede igualar a nuestro ínclito ex-caudill... digooo... ex-presidente José Mari? Ni el mejor Charlie Rivel, ni el otro Charlie, Chaplin, ni Keaton, ni Groucho pueden descalzar a semejante maestro del humor absurdo. ¿Qué imitador de Fraga podría sospechar sus citas bíblicas? ¿Qué mujer de la escena española podría imitar a Esperanza Aguirre para hacer creíble un personaje así? Están perdidos. Menos mal, porque como el original, nada.

miércoles, 28 de enero de 2009

Demagogia y periodistas asnos.

Titular: el beneficio del Banco Santander cae un 2%.

Lectura: Pobrecitos, cómo se nota la crisis. Hasta los bancos pierden.

Lo que es un gol por la escuadra. Porque si uno lee la noticia, se pueden apuntar dos cositas:

La primera, que un 2% no es una caída, a lo sumo una sensación de vértigo, o un pequeño roce con el pestillo de la puerta cuando llevas la bandeja de la cena para ver Boston Legal. Quizá ni eso.

La segunda, que el Banco de Santander ha ganado 8.876 millones de euros de beneficio neto, sin contar ingresos extraordinarios. Como suena: 16 billones de pesetas, para los del plan antiguo. Así me quiero caer yo, qué caramba. Es más, estoy dispuesto hasta a caerme un 50% de esa cantidad, no soy avaricioso y hay mucho que hacer.

Ya se podrían caer así los tres millones de personas que viven en España por debajo del umbral de la pobreza en la ONU. Ya se podrían caer así en la República Dominicana después del siguiente huracán. Así se deberían caer los africanos que están muriendo de cólera, de sida, de codicia de coltán. Así me gustaría ver a mí caerse a los ancianos de Marilia y de tantos sitios.

Pobrecitos accionistas del Santander. Desafortunadamente, no tengo vendas para hacerles la cura que estoy pensando.

Nota: Bien por el gremio periodístico una vez más. No se debe morder la mano que le da de comer a uno.

Nota 2: siempre me ha llamado la atendión que el sr. Botín se apellide precisamente así, “Botín”. ¿A ustedes no?

lunes, 26 de enero de 2009

Se abre paréntesis.

Que dice Rouco que quiere libertad de expresión "tutelada". Ya, y democracia orgánica y libertad dentro de un orden. Lo sabemos. A ver cuándo le tutelan a vd. un pelín esa neurona bífida y copera que le pierde, monseñor, que tiene usted a sus creyentes hasta los tegumentos de la procreación vigilada. Hágase un favor y no hable de manifestaciones públicas de los que no pensamos como su Ilustrísima porque entonces hablamos de caperuzos, palios, brazos incorruptos, santas cruzadas, reservas espirituales de Occidente, cilicios, informaciones a la BPS,... y entonces sí que la vamos a tener, pero de las que vienen sin tutela.

Sobre lo de Esperanza Aguirre negando que haya espías en la Comunidad de nuestros pecados: un amigo me contó que conoció a un tipo (parece la canción de Serrat, esto) cuya esposa descubrió en el suelo de su coche unas braguitas rojas que no pertenecían a la suprascripta costilla. Preguntado el menda por la propietaria de la prenda y su uso y disfrute, el colega abrió la ventanilla, cogió las bragas, las tiró y lo negó todo. Con un par.

Pues eso. Se cierra paréntesis.

La Política de la Miseria (I)

Cuando medios y políticos decidieron dar vía libre al estallido de la crisis internacional y empezaron a llegar las noticias de nacionalizaciones e intervenciones de los estados ultraliberales (porque eran ultras, seguro) en las entidades financieras, Forges publicó un chiste en el que se veía a Karl Marx riéndose hasta las lágrimas con la boca a punto de estallar en una carcajada. Los Blasillos decían: "¿Cómo sabes que es él?" La respuesta: "Por la risa tonta".

Los más jovencitos no lo saben, pero conviene que se les recuerde --si es que leen este pobre blog-- que Felipe González tuvo que renunciar, además de a su higiene mental y al marxismo, a nacionalizar la banca, exigencia del ala izquierda española de aquéllos tiempos. Gracias a esa y otras muchas renuncias --Otan, nucleares, aceptación de la enseñanza privada, privatizaciones...-- el PSOE pudo hacerse por fin de derechas y gobernar en España.

Traigo todo esto a colación porque una de las maneras que tiene el liberalismo de sobrevivir a su codicia es socializando las crisis y dejando escapar a los ladrones y estafadores que las provocan mediante el sencillo procedimiento de dar al que tiene y mandar al paro al que no. Ahora, en el centro del Imperio y en las provincias aliadas estamos hablando abiertamente de nacionalizar la banca. Qué curiosa es la historia, que se empeña en devorar Fukuyamas y seguir hablándole al oído a Hegel.

Ahora, desde el otro lado, vamos a comprobar si las sociedades occidentales y sus clases obreras están tan narcotizadas como sus gobiernos esperan y confían. Porque en el Imperio treinta millones de parados son muchos. Y en nuestra provincia, cuatro, también. Uno de cada diez trabajadores y trabajadoras. igual llega un momento en que nuestra querida y hegeliana historia pare un corazón, como decía Silvio Rodríguez. Y los partos no son muy divertidos, aunque el resultado sea esperanzador.

Vamos a ver.

viernes, 23 de enero de 2009

Madrileños (y madrileñas).

Cuando era pequeño y viajaba no entendía muy bien por qué se desconfiaba de los madrileños, por qué se nos tenía tanta manía, tanto temor. Hasta el punto de que, como normalmente ninguno de nosotros era madrileño de pura cepa, nos remitíamos a las raíces de nuestros padres, oriundos siempre de otro sitio. Pero ahora que ya ni siquiera vivo en "la capital" sé muy bien lo que ocurre con el madrileño.
Vaya por delante que el madrileño no es necesariamente alguien que ha nacido en Madrid. Ni siquiera tiene que vivir en Madrid. He conocido madrileños canadienses, turcos, dominicanos... y hasta vascos. La manera de ser madrileña, no obstante, se originó en la villa y corte. Madrileños fueron y son sus apóstoles. Madrileños son sus líderes más prominentes.

Voy a exponer algunas de las características de este notable y extendido grupo zoológico (hay quien asegura que son humanos, confundidos por la apariencia física):

El madrileño no sólo cree que todo es suyo, sino que la totalidad manifiesta de la creación ha dispuesto las cosas pensando exclusivamente en el madrileño. Es decir, que tiene título de propiedad sobre aquéllo que holla, pisa, pasea o destroza. Pero esta concepción va mucho más allá de la apropiación: llega a la metafísica. Un madrileño no concibe que haya playas el martes, que la tarde ilumine un lago en un día laborable, que haya museos abiertos cuando él no está, que haya gente que trabaja cuando él está de vacaciones, que haya establecimientos cerrados en días festivos ("así no van a hacer negocio") o que haya gente que viva en los centros históricos de las ciudades. Etcétera.

Como para él el mundo aparece cuando está y desaparece cuando se ha ido, le resulta inconcebible que el escape libre de la moto de su niño despierte a nadie. Que su basura destroce entornos ajenos, que su fuego pueda quemar un bosque. Que haya otros vehículos en la carretera. Que su ruido pueda molestar a nadie. Digamos, de paso, que el madrileño es esencialmente incapaz de soportar la falta de ruido, por eso lo lleva con él a donde vaya. En pleno invierno verás al pelopincho con el bacalao rumbero a todo trapo con las ventanillas bajadas; en cualquier playa, si un chiringuito quiere tener éxito, atraerá a los madrileños con el loro a tantos vatios como se necesitan para derribar un puente; en la montaña oirás lo que tú crees un concierto al aire libre que no es más que una familia de domingueros que, por llevar, se llevan la televisión plana con el home cinema. En París cenan en McDonald’s.

El madrileño entiende que haya normas, señales de tráfico y reglas de educación ciudadana. Pero da por supuesto, como es natural, que esas normas se han establecido para la pobre gente no madrileña. Porque el madrileño tiene la potestad hermenéutico-legislativa: es decir, la de interpretar las normas. Que se salta un semáforo y te golpea el costado: venías muy deprisa. Que la señal limita la velocidad a 20 km/h: “hombre, eso quiere decir 40”. Que da un índice de alcoholemia como para que no le dejen embarcar en un avión: “eso es para la gente que no sabe beber ni conducir”. Que hacen carreras de motos a la puerta de tu casa pero tratan de atropellar a tu perro: “es que esta urbanización es de motos, no de perros”. Que se pasa el "Ceda el paso" por el Arco de la Moncloa: "Es que yo vengo por una calle principal". Que aparca en doble fila en una calle llena de estacionamientos libres: “es que voy ahí mismo, no tiene por qué ponerse así, que no aguanta usted nada”. (Nota: todos estos son casos reales, sucedidos a quien esto escribe).

El madrileño es el que rezonga en la fila y cuando le toca el turno está tres cuartos de hora para hacer una operación simple, mirando de vez en cuando por encima del hombro, como queriendo decir. El madrileño es el que se ríe de los que respetan a los demás, cumplen con las normas, hacen caso a las señales o piensan en si pueden perjudicar a otros: “siejque no se pude ir así por la vida, que te comen”.

Supongo que con estas cosas se pueda entender mejor lo que pasa en la Comunidad de Madrid. Y que la Comunidad Valenciana, Málaga y Murcia, destinos naturales de los madrileños, compartan el virus. Con este motivo aclaratorio he escrito esta pequeña satyra.

miércoles, 21 de enero de 2009

Obama y Lincoln. Dos pequeñas reflexiones y una curiosidad.

La primera es un poco cruel y la mencionaba esta mañana el maestro Elkáizer en no sé muy bien qué radio: cuatro meses después de pronunciar el famoso discurso sobre el que Obama ha construido su propuesta se inició la guerra civil. Igual que Marco Aurelio no pudo permitirse los lujos que se permitió Adriano, podríamos pensar que Obama no va a poder permitirse los lujos que se permitió Kennedy. Hoy en día la paz no está muy valorada. Todos parecen haber escogido dejarse guiar por la versión del dios patriarcal guerrero y no adorar a la pacífica y ubérrima madre de los dioses. Estaremos atentos.

La segunda reflexión es más pesimista. Creo que cualquier institución que, en tiempos de crísis, de convulsiones, de cambio, busca las ideas en los padres fundadores lo hace porque ya no es capaz de generar ideas nuevas. Quienes querían la vuelta a la república durante la era imperial romana no pudieron o no quisieron ver que la institución del imperio era irreversible. Su crítica y sus propuestas, mirando hacia una institución y unos valores desaparecidos y, por ende, mitificados, ahistóricos, dejaron de pensar hacia adelante.

Que el autor-supervisor de los discursos del nuevo Emperador sea un joven de 27 años ha sido muy celebrado entre nuestros periodistas y comentaristas políticos. A mí me preocupa que un chaval de 27 años, para parecer progresista, para proponer la esperanza y los nuevos valores, mire tan lejos como ciento cincuenta años atrás, y no diez, cien, mil, hacia adelante.

Para ese viaje me quedo con las alforjas de Heráclito, qué demonios.

P.S.: Aquí, mientras tanto, Esperanza dice que desconoce el espionaje montado por su vice-presidente. Esta mujer cada vez se parece más a G.W... es decir, que no sé qué me da más miedo, que sea mala o que sea tonta.

martes, 20 de enero de 2009

La Miseria de la Política (III)

En nuestra cultura hay una sorprendente tendencia a admitir las cosas de manera acrítica, sin detenernos ni un sólo momento a juzgar las informaciones y mucho menos los presupuestos de lo que se nos dice. De ahí que los que somos de una generación que se movilizó –y a la que se abandonó a su suerte cuando el dios dinero volvió a reinar en la era Reagan—estemos tan perplejos: nadie se para a decir que el rey está desnudo, que las cosas que se ven son tal cual, que no comulgamos con ruedas de molino.

Se admite, por ejemplo, que una persona que ejerce un cargo político tras un proceso electoral es demócrata. Y no es así: su elección ha provenido de un proceso democrático, pero eso no le inviste inmediatamente de una asunción de creencias democráticas, de moral republicana (en sentido lato), de honestidad ni de responsabilidad pública.

Creo que es precisamente esa la debilidad de las democracias occidentales actuales: pensar, mejor soñar, que los que ganan unas elecciones son demócratas, que todos participamos del mismo juego. Que, por el hecho de saber segar la hierba todos somos futbolistas. Y va y no. Como muchos de los que votan tampoco lo son.

Por eso me hace tanta gracia lo de Esperanza Aguirre y sus secuaces, algunos de los cuales no han sido –recordémoslo, aunque sea obvio—elegidos por nadie sino por ella. Mientras a nuestra ambiciosa presidenta se le llena la boca de proclamas anticastristas en nombre de los más altos valores democráticos tomados en su conjunto, sin especificar cuáles, sus adláteres montan un servicio secreto de información, ofrecen cargos a cambio de votos en una entidad financiera, se cepillan lo que queda de la educación y la sanidad pública...

Curiosa manera esta de entender la democracia, que reduce ésta a la consecución de un cargo para luego ejercer el poder de manera arbitraria y absoluta, sin tener en cuenta lo público, renegando del Estado como garante de la libertad y la justicia en cuanto protector de los que nada tienen frente a los que lo tienen todo. Y, claro está, gobernando sólo para unos a pesar de pretender representar a todos.

Por eso el mensaje de Obama no es una proclama vacía –aunque tengamos derecho a no creernos nada--: la gente espera que su representante gobierne en su nombre, “desde, para y por el pueblo”. Que no utilice, como ha hecho Cheney... perdón, Bush, el poder en sus manos como un regalo que le han dado para hacer lo que le dé la gana. Esa, no la de solucionar la crisis económica, es la gran promesa del nuevo presidente: ser demócrata.

Casi nada.

P.S.: Para demostrar que uno puede leer una noticia y quedarse sólo en la costra, un ejemplo casi frívolo: una cosa tan tonta como el acoso al ya ex-presidente del Real Madrid, Ramón Calderón, es la consecuencia de haber mantenido su contrato de derechos de emisión en Digital+ frente al acoso y las presuntas irregularidades de Media-pro y, por tanto, de los grupos mediáticos rivales de Prisa-Telefónica. Es decir, que todo esto no va de fútbol, sino de dinero y de muchas cosas más. Que eso no se publique también es una idea del sentido democrático de los medios.

lunes, 19 de enero de 2009

De Imperatore Proclamatio Celebranda. Washington, 2009.

El nuevo emperador quiso que el primer día de la celebración de su llegada a la primera magistratura del Imperio no se celebrase en el Senado, ni en el Campo de Marte, ni en la colina del Capitolio. El nuevo emperador decidió tomar la púrpura en las escalinatas del templo de aquél fundador cuya legislación permitió que los libertos accediesen a la ciudadanía romana y, por tanto, a la cuestación para los cargos públicos.

También quiso que en el recuerdo de la plebe estuvieran otros dos emperadores anteriores asesinados en la flor de su gobierno, y el del Gran Constructor, que salvó al imperio de la ruina económica embelleciendo la ciudad con cuantos edificios y servicios públicos necesitaba.

Preocupado por el acoso bárbaro, el emperador quiso mandar un mensaje a todos sus súbditos: el liderazgo del Imperio no descansa sobre la depredación económica de las provincias, ni se defiende sólo por la fuerza de las legiones. No: el Imperio se ha mantenido al frente del mundo porque ha sabido incorporar todo lo bueno de las provincias conquistadas, porque los valores fundacionales de sus ciudadanos lo llevaron a la preponderancia mundial, y porque, como punto de reunión de todas las culturas del mundo, ha sabido emitir con luz propia un liderazgo moral que descansa en los valores de la libertad y la diversidad.

Hablaron grandes rétores y actores y poetas, aedos y campeones del circo, entre ellos algunos que, como él, eran libertos o hijos de libertos. Pero no faltaron las voces de algunos estóicos que vieron que, a pesar de todo, la fiesta estuvo siempre bajo la presencia de las legiones y sus estandartes, las cuales prestaron a sus heraldos y timbaleros para acompañar con sus músicas y fanfarrias todo el acto. Incluso hubo un ciudadano que mostró a la multitud un ejemplar vivo de un águila, emblema del Imperio.

Al final, el propio Emperador se dirigió a sus súbditos para pedirles un esfuerzo ante los difíciles tiempos que, en verdad, estamos viviendo. Y para insistir, como todos los que intervinieron habían hecho, en que el Imperio debe frenar su decadencia mediante la vuelta a los valores de los padres fundadores. Sólo la recuperación de la superioridad moral y de la referencia de la libertad y la justicia podrá hacer que el mundo vuelva a reconocer al Imperio como la piedra angular de la paz y la seguridad, dentro y fuera de sus fronteras. Sólo esa asunción del liderazgo idealista podrá unir a los ciudadanos imperiales para la superación de las dificultades que asolan el imperio desde dentro.

Dat. XII ant. kal. Feb. MMIX

Nota para los del plan nuevo: Obama no es el primer emperador que usa este discurso y que hace un análisis parecido. Trajano y Adriano y, más tarde Marco Aurelio, ya creyeron que Roma sólo podía consolidarse si se atenía estrictamente a ser eso: Roma. Su éxito fué más efímero de lo que previeron. Pero pasaron a la historia como los tres grandes emperadores de la Roma pagana. Somos muchos los que creemos que Constantino, al negarse a seguir este programa de recuperación moral y entregarse a una religión bárbara, aceleró el final del imperio (no digo que fuera bueno o malo, ojo). Está claro quién es el Marco Aurelio del siglo XXI. Lo que aún no veo –y espero no verlo—es quién será el Constantino o, peor, el Teodosio que nos espera.

Otra nota para seguir mostrando la estupidez ingénita del periodismo patrio: El País, por ejemplo, trata el acto de ayer como una juerguecilla, ante un milloncejo de personas de nada, en la que “los cantantes y artistas recordaron a Obama sus promesas”. Como si el equipo de Obama no hubiera preparado el acto al milímetro y como si no hubiera sido una exposición en formato espectáculo de su programa político y de sus referentes para el desarrollo de éste. Todo estaba planeado al milímetro, y creo que fue un discurso (todo el acto) de enorme calado político, basado fundamentalmente en la profundidad simbólica de cada canción, cada video y cada discurso de los que se pronunciaron. Citas importantes: Lincoln, Jefferson, los dos Kennedy, M.L. King –por cierto, hoy es su cumpleaños--, Roosevelt y unaa sola cita de Ronald Reagan, quizá la única que dijo con algún sentido, referida a la recuperación de la igualdad de oportunidades. Unidad nacional, recuperación del espíritu de los fundadores, en cuanto a política, y de los ciudadanos, en cuanto al esfuerzo para salir de la crisis, compromiso medioambiental y “agradecimiento por los servicios prestados” a los ejércitos. Casi nada, para una fiestecilla que vi, en directo, en ¡¡¡TNT!!!. País.

Nota jocoso festiva: Cómo sigue estando Sheryl Crow, mamma mía. Y cómo desafinó Bono al principio de su actuación. De mayor quiero ser como Garth Brooks.
Vale.

martes, 13 de enero de 2009

La Miseria de la Política (II).

Decía en el anterior mensaje lo de la publicidad porque estoy convencido de que la política como tal existe en unos lugares y términos a los que los ciudadanos no tenemos ningún acceso. Ni siquiera los periodistas lo tienen.
A los periodistas les gustan las nevadas del invierno y las olas de calor en verano; porque pueden escribir algo que ellos mismos están viendo. Porque de lo demás no se enteran. No saben, o no pueden publicar por qué se está armando la que se está armando en el Cáucaso. No saben, o no pueden publicar, por qué la invasión genocida de Gaza ha coincidido con unos cuantos movimientos en Afghanistán, Paquistán e Irán y con lo que ocurre en el Cáucaso. No saben o no pueden publicar qué piensa la nueva administración Obama del problema Israelí que, como todo el mundo sabe excepto ellos, es un problema estadounidense disfrazado de problema israelí. Tampoco pueden explicar por qué cada vez que hay escasez de ciertas materias primas surge una oleada de crímenes en masa o de golpes de estado (o ambos) en África, ese evacuadero por donde la dignidad humana se va una vez que tiramos de la cadena con nuestro mando a distancia.
Y no pueden publicar nada de eso porque la explicación requiere muchísimo trabajo. Explicar por qué Indonesia, Malasia y Singapur tienen un papel decisivo en el futuro de los conflictos de Oriente Medio es farragoso, requiere mucho trabajo y, quizá, informarse in situ. Y los periodistas están en manos de gabinetes de prensa, departamentos de imagen y profesionales de la comunicación que redactan las noticias, los comunicados y hasta las entrevistas. El periodismo actual la mayoría de las veces no es más que un soporte publicitario de los grupos de poder que pagan a quienes hablan a los periodistas y a ellos mismos. Así todo queda en casa.
Otras veces es cuestión de estupidez supina: cuando GW Bush dice que lamenta "el error" de las armas de destrucción masiva --que EEUU e Israel poseen con profusión--que Iran no ocultaba, el periodista repite la palabra error porque cita las palabras del ya ex-presidente. Con lo que se ayuda a instalar la opinión de que este cruzado de la nueva guerra antiterrorista, incapaz de socorrer a sus compatriotas en Louisiana, no mintió ni llevó al mundo a una catástrofe de proporciones que aún no hemos empezado a percibir, sino que apenas se le resbaló un plato.
Los periodistas sólo repiten. Y con su repetición dan un altavoz a lo que la política ha convertido en eslóganes, en frases hechas de fácil consumo, en píldoras amargas de vaciedad, de indignidad, de inmoralidad. Cuando nosotros luego, en una cena, al hablar de política sólo repetimos esas estupideces creemos que hablamos de ella. Y no. Estamos hablando de lo que la política publicita. De lo que la política nos hace consumir. Repetimos los jingles, los cierres ingeniosos, la frase curiosa o indignante.
Ni siquiera los políticos nos hablan. Hablan a los suyos, a sus publicitarios, a sus amigos o a sus enemigos, a quienes les hacen decir, a quienes les hacen creer que les escuchan. Y, como en todo, hay clases: los grandes de la publicidad política saben que, de cuando en cuando, hay que producir un gran espectáculo. Y montan una invasión, una guerra, un ataque selectivo, una bomba inteligente. Es entonces cuando la guerra pasa a ser la continuación de la publicidad por otros medios: enseñando lo que pasa cuando no tragas la píldora, cuando no te comes la sopita.
Así que ojito.
Continuará.
P.S.: El embajador de Israel en España comparaba el otro día su invasión con las realizadas por la OTAN en los balcanes. Y podría funcionar, si no fuera porque la acción de la OTAN estaba avalada por unas cuantas resoluciones de la ONU, resoluciones que Israel tiende a pasarse por el arco de las lamentaciones con fruición. Afortunadamente, esta vez un periodista (Francino, para mi sorpresa) interrumpió el spot. Pero no importaba: el Embajador se fue a emitir a otra parte su spot. Porque él sabe que los anuncios los ves y te los tragas. Y si no, apagas la tele.
Pero entonces, claro, no te enterarías de nada.
Qué pena.